El verano nos está dejando muchos incendios en varios puntos de España, así que hay que tener cuidado cuando se viaja. Varios de estos incendios no solo han afectado a zonas de monte, sino que se han acercado de manera bastante preocupante a carreteras, autovías y autopistas. Zonas de tráfico alto y que pueden representar un riesgo considerable, ya que los vehículos que circulan por ellas pueden encontrarse con el fuego sin previo aviso.
Para evitar esos riesgos, hay que tomar precauciones. Sobre todo, informarse sobre los incendios que pueden haber en el trayecto y el riesgo que representan para el tráfico. La información previa siempre puede evitar sustos y evitar riesgos importantes. Si existe un peligro, probablemente haya puestos de información de la Guardia Civil o Protección Civil o directamente, haya un corte de la vía.
Pero a veces, el fuego puede sorprender al conductor y en ese caso, hay que saber cómo actuar. Lo principal es mantener la calma. Ponerse nervioso puede llevar a tomar decisiones equivocadas y provocar que se incremente el riesgo. El fuego se ve venir, así que hay que evitar dirigirse hacia él. Lo mejor es alejarse todo lo posible.
Si el fuego sorprende en un camino forestal, hay que alejarse sin abandonar el camino y conduciendo lo más rápido posible. Es decir, sin poner en riesgo al vehículo ni a los ocupantes, adecuando la velocidad a las condiciones del terreno. No hay que conducir hacia el fuego, sino que se debe buscar un terreno sin vegetación o ya quemado. Una vez se ha consumido la vegetación por el fuego, el terreno ya no arde, pero sigue teniendo una temperatura muy alta.
Para seguir circulando hay que encender las luces cortas, los intermitentes y las luces antiniebla. De esta manera no solo se podrá ver a pesar del humo, sino que el vehículo será más visible para otros usuarios de la vía. Si se ha de circular a través del humo, hay que hacerlo a baja velocidad, para evitar choques con otros vehículos. No hay que usar las luces largas, ya que estas podrían reflejarse en el humo y crear una situación de mayor riesgo.
Bridgehill ha desarrollado una manta ignífuga capaz de apagar un incendio automovilístico, sobre todo los producidos en coches eléctricos.
Para evitar que el humo entre en el habitáculo, hay que cerrar las ventanillas y bloquear los puntos de ventilación que toma el aire exterior. Si se usa el aire acondiconado, hay que activar el sistema de recirculación del aire, para evitar que entre el humo. Y sobre todo, no hay que abandonar el vehículo si no es estrictamente necesario.
La carrocería del coche puede resistir el calor y los efectos del fuego mejor que el cuerpo humano. El depósito de combustible está diseñado para resistir altas temperaturas, así que es difícil que se incendie el contenido. Si hay que parar el coche, hay que intentar hacerlo en una zona segura y seguir siempre las indicaciones de los equipos de emergencia. No hay que salir del coche sin proteger bien la piel, cubriéndola con telas, preferíblemente húmedas.
Como medida de precaución general, hay que llevar siempre una botella de agua en el coche y la batería del teléfono cargada, para poder comunicarse con el 112 si es necesario.
Normalmente, esta situación no se va a dar, pero siempre es mejor saber cómo actuar en estos casos, mantener la calma y seguir las instrucciones de los miembros de los equipos de emergencia.