El último día de agosto, con la vuelta de vacaciones, no da tregua y los carburantes siguen al alza. Tras unas semanas en las que parecía que la tendencia a la baja se mantendría, vemos como desde hace ya más de una semana la mayoría de carburantes vuelven a subir su precio, arrastrados por la subida del gasóleo.
Y aunque los precios son inferiores con respecto a febrero, llenar el depósito sigue siendo mucho más caro que antes de que estallara la guerra en Ucrania. Todo apunta a que esta situación se prolongará hasta finales de año.
Sólo la gasolina sin plomo 95 parece mantener su bajada de precios, aunque de forma muy leve, y con la sin plomo de 98 que se mantiene estable a 1,797 euros el litro. El resto de carburantes, en cambio, sigue subiendo. El gasóleo A+ vuelve a superar los dos euros por litro, mientras que el gasóleo A marca hoy una media de 1,927 euros el litro y el gas natural comprimido, GNC, marca un nuevo máximo histórico a 2,951 euros el litro.
La fuerte demanda de gasóleo y una falta ya crónica de ese carburante, llevan los precios hacia arriba. . No es nada nuevo, tuvimos un primer aviso en en abril pasado cuando Europa vio como no podía abastecerse en diésel ruso (su principal proveedor). Y más recientemente se nos avisa de un invierno con escasez histórica de diésel.
Además, los precios del gas natural en los mercados europeos -que se han disparado un 300 % respecto a principio de año- siguen impulsando los precios hacia arriba. Y es que el gas natural es usado en las refinerías para su funcionamiento, lo cual acaba arrastrando hacia arriba a todos los carburantes.