Hoy estamos probando el Volkswagen Arteon Shooting Brake E-Hybrid con el acabado R-Line. Se trata de la motorización híbrida enchufable que ofrece 218 CV, una autonomía eléctrica que homologa 57 km según el ciclo WLTP y claramente la etiqueta CERO de la DGT.
El Volkswagen Arteon ha sido una de las apuestas de la firma alemana para darle a una berlina como el Passat, un aspecto un poco más coupé y deportivo. Sin duda alguna, salió espectacular tanto en su versión convencional como Shooting Brake, pero al menos en España, lamentablemente no ha funcionado demasiado bien esta variante más familiar.
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Diseño suave pero muy atractivo
Sin lugar a dudas, la estética del Arteon es muy llamativa incluso sin tener líneas excesivamente definidas o marcadas. Lo que más destaca en su frontal es esa parrilla en cromado, unas discretas ópticas con luces diurnas bien acopladas y un parachoques estilizado con aplicaciones en negro brillo.
Junto al logo se encuentra el conector para la recarga de la batería
Avanzando hacia el lateral, se caracteriza un nervio que recorre de punta a punta todo el coche, pero lo que más nos llama la atención es su ligera caída de techo que da al portón trasero tan amplio. También encontramos unas llantas de 19 pulgadas muy atractivas.
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Ya en la zaga, vemos unas ópticas full LED con intermitentes dinámicos y con un curioso diseño estilo 3D, la denominación de la mecánica «E-Hybrid», un difusor en negro brillo para así hacer mayor contraste y en el que se pueden ver unas simuladas salidas de escape.
Interior muy a lo Volkswagen
Adentrándonos hacia el habitáculo del Arteon Shooting Brake, realmente no es que llame la atención en nada. Al final, es un diseño muy al estilo Volkswagen aunque con unos ajustes algo mejorables. Los plásticos de la consola central