No aprendemos (o no queremos hacerlo): seguimos cogiendo el coche tras unas copas de más pensando que no pasará nada, y vaya si pasa. El alcohol y las distracciones son problemas tan extendidos que desde este año todos los coches nuevos que se vendan en la UE llevarán un sistema de bloqueo con etilómetro, así como con un limitador de velocidad.
Pero marcas como Volvo han ido un paso más allá y su próximo SUV eléctrico, el EX90, será una suerte de Gran Hermano que vigilará en todo momento que el conductor esté atento a la carretera y no conduzca en mal estado. De lo contrario, tomará las decisiones que el sistema considere para evitar un accidente.
En Motorpasión
El círculo infinito, o por qué aún no tenemos los coches autónomos que nos habían prometido
Dando un paso más allá del detector de fatiga o advertencia de somnolencia (que también es obligatorio en los coches nuevos desde este año), el Volvo EX90 estrenará uno de los conjuntos de sensores más avanzados del mercado.
En el habitáculo, sensores y dos cámaras especiales alimentados por los propios algoritmos de la marca observarán los patrones de mirada del conductor. La tecnología permite que el EX90 vea cuándo se está cansado, en estado de embriaguez o distraído.