El Alpine Alpenglow es ese típico coche que parece sacado de un videojuego, aunque la marca francesa insiste en que estamos ante un vehículo que adelanta en gran medida cómo serán los futuros coches de la marca, tanto los de carretera como los de competición. ¿Qué quiere decir esto? Pues que muchas de las soluciones de diseño que podemos ver en el Alpenglow serán las señas de identidad de la nueva generación de coches de Alpine que está por llegar. Y que la marca francesa puede incluso guardarse un as bajo la manga y sorprender con soluciones como el hidrógeno para el sistema de propulsión, aunque esto último parece más lejano.
Recordemos que Alpine ya ha anunciado su próximo «Dream Garage», un garaje de ensueño que estará integrado por el sustituto del actual Alpine A110, un deportivo compacto y un crossover GT. Todos ellos tendrán en común un sistema de propulsión 100% eléctrica… y muchos rasgos estrenados en el Alpenglow.
Alpenglow: un monoplaza de carreras carrozado
Si empezamos por el diseño, el Alpine Alpenglow es algo así como un monoplaza de Fórmula 1 con la carrocería inspirada en la de un coche de resistencia, dos disciplinas en las que Alpine compite de forma activa. Mide 5 metros de longitud, más de 2 metros de anchura y menos de un metro de altura, con un habitáculo en forma de casco transparente y el puesto de conducción en posición central. Por cierto, el nombre, Alpenglow, viene de un fenómeno luminoso en el que, según Alpine, «una haz de luz horizontal teñido de rojo aparece entre las montañas antes del amanecer y tras el atardecer».
Del diseño del Alpenglow, Alpine menciona como recursos que se utilizarán en sus futuros coches la línea roja que cruza toda la longitud del coche, el volante inspirado en los que se utilizan en Fórmula 1 y en los coches de resistencia, la espectacular firma luminosa, las «transparencias» utilizadas en elementos como laas llantas o el alerón trasero, o la elección de los colores y los materiales, con un claro protagonismo para el nuevo «azul Alpine» con un acabado especial que genera distintos efectos y la fibra de carbono.
Más de cara a la galería parece la solución del Alpenglow para arrancar el vehículo, con una llave en forma de prisma que hay que introducir en el volante; aunque… quién sabe.
El motor hidrógeno de hidrógeno: pensando en competición
Por el momento, Alpine ha dejado claro que sus futuros modelos serán eléctricos. Pero también que apuestan hacia una movilidad limpia con soluciones sostenibles en las que convivirán los coches de batería con los de pila de combustible de hidrógeno… e incluso con con vehículos equipados con motores térmicos diseñados para funcionar con combustible sostenible. Y aquí vuelve a entrar en juego el hidrógeno.
No hay datos técnicos al respecto en el caso del Alpenglow, más allá de que utiliza un motor de combustión que funciona con el hidrógeno almacenado a una presión de 700 bares en dos depósitos cilíndricos, que en su funcionamiento solo genera vapor de agua. No se trata, por lo tanto, de un prototipo con una pila de combustible. Para desarrollar esta tecnología, Alpine cuenta con la experiencia que el Grupo Renault está adquiriendo en torno al hidrógeno gracias al acuerdo que firmaron con HYVIA.
Lo mismo va a resultar ahora que los motores de combustión tienen futuro… aunque no será «quemando» gasolina o diésel convencional.