El Land Rover Defender original es un icono del automóvil. Y como tal ha sido objeto de toda clase de transformaciones, desde versiones con orugas hasta la siempre divertida equipada con un V8 pasando por el retrofit de turno, convirtiendo el icono en coche eléctrico.
Hace poco, la gente de Twisted ha incluso decido volver a sacar al mercado 16 de las últimas unidades fabricadas del Defender debidamente personalizadas por Twisted a un precio que supera los 160.000 euros la unidad.
Hay de todo. Y el valor de todos los Land Rover Defender clásicos, incluidos los Santana, no deja de subir. Sin embargo, alguien ha decidido convertir su Defender…a vapor.
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Sí, a vapor. Como los trenes de antaño, funciona con carbón. Obviamente, esta conversión no busca actualizar el Defender sino simplemente diversión. En 2018, Frank Rothwell, entonces de 67 años, explicaba que sólo buscaba una manera de entretener a sus tres nietos. De paso, también lo utilizaría en su día a día.
Todos necesitamos un hobby
«Todos necesitamos un hobby y a mí me gusta hacer cosas difíciles», explicó. Así que, ¿por qué no sacar el perfectamente aceptable, aunque lento, motor