La DGT ha presentado recientemente el balance definitivo de siniestralidad de 2021, dando protagonismo a que ha sido el segundo año con menos fallecidos en carretera. Y una de las cifras que más a sacan a relucir es la reducción del 20 % en las muertes en ciudad respecto a 2019, con 417 fallecidos, que supone la cifra más baja desde que se tienen datos.
También esgrimen que para conseguir esa cifra, han sido clave los nuevos límites de velocidad en ciudad, que precisamente se estrenaron en la primavera del año pasado.
No obstante, en este balance hay una cifra que aparece casi de pasada: los fallecidos en carreteras convencionales. Y eso que también han bajado un 11 % en comparación a 2019. Pero claro, integran más de la mitad de las muertes en accidentes de tráfico.
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25 km por la autovía en sentido contrario y ni todas las cámaras de la DGT bastaron para localizarlo
¿Y qué se está haciendo para que ese negro número vaya a menos? Pues de nuevo se señala a la velocidad como principal culpable, pero hay otros aspectos que podrían bajar los fallecidos. Y no tienen por qué suponer revertir lo invertido a base de multas con radares.
La mitad de los fallecidos siguen registrándose en convencionales