Igual que ya hay taxis autónomos operando en ciudades, los drones de reparto llevan tiempo haciendo lo propio. Hablamos de máquinas sustituyendo a conductores y repartidores, pero se antoja lejano que lo hagan definitivamente por casos como el que ahora nos ocupa.
Un dron de reparto de la firma Wing, subsidiaria de Alphabet (Google) ha dejado a 2.000 personas sin electricidad durante casi una hora y a 300 durante tres. Y es que en su periplo para llegar a destino, se quedó atrapado en los cables de alta tensión de la red eléctrica.
Si bien se trata de un hecho aislado, según señalan, no podemos evitar pensar en cierto paralelismo con los taxis autónomos que operan en San Francisco y que siguen colapsando calles en esta ciudad por quedarse varados en medio de la vía.
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Ha ocurrido en un barrio del sur de Brisbane en Australia, donde los drones de Wing operan en dos de sus urbes desde hace tiempo, además de en ciudades de otros países como EE.UU o Finlandia. Y su número de envíos es ya considerable: