El segmento de los SUV compactos sigue siendo la categoría más importante en el mercado español. De hecho, una de cada cuatro matriculaciones en nuestro país pertenece a este tipo de vehículo. En él, hay muchas alternativas de distintas marcas y precios. En esta ocasión probamos a fondo el Citroën C5 Aircross, que acaba de recibir un restyling.
Para esta prueba nos hemos decantado por una mecánica muy lógica y sensata, como es el motor 1.2 PureTech de 130 CV con cambio manual. Eso sí, el nivel de acabado es el tope de gama, que se denomina Shine Pack. Antes de nada, quería recordar el precio de partida del Citroën C5 Aircross: 27.595 euros de tarifa oficial.
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Cambiar lo justo para que se note la actualización
A nivel estético no hay muchos cambios notables respecto a la variante predecesora, pero sí se aprecia una nueva imagen en el frontal. Esto se debe a que Citroën ha introducido un nuevo diseño de los faros. Anteriormente estaban divididos, mientras que ahora tanto las luces diurnas, como intermitentes y proyectores principales para largas y cortas aparecen en un mismo bloque.
Del mismo modo se ha visto modificada la calandra principal y el parachoques, dando la impresión de que el C5 Aircross ha cambiado más de lo que realmente lo ha hecho. Si nos fijamos, el lateral es casi idéntico, con las protecciones Airbumps inferiores, los pasos de rueda marcados y unas barras de techo que en nuestro caso van en negro anodizado.
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Tampoco hay variaciones sustanciales en la parte posterior. Lo más llamativo de esta zona trasera es el nuevo diseño interior de los pilotos de luces, aunque mantienen su contorno exterior. En la zona baja del parachoques aparecen dos embellecedores que simulan dos salidas de escape.
Antes de pasar al habitáculo, vamos a