¿Te acuerdas cuando tu coche de carburador tardaba una eternidad en arrancar en las frías mañanas de invierno? Esta estampa anacrónica que solo unos pocos recordarán podría volver a estar de rabiosa actualidad con la llegada de la normativa anticontaminación Euro 7. Esta normativa, aunque suavizada con respecto a los borradores originales, supone un duro jaque a los coches de combustión interna, cuyas emisiones deben estar en los valores homologados desde el momento en que se ponen en marcha. Es aquí donde entran en escena los nuevos e-catalizadores.
Sin entrar en demasiados detalles normativos, la Euro 7 endurece los límites de emisiones contaminantes, y se introduce un nuevo precepto que limita la cantidad total de contaminantes en los primeros 10 km de los ciclos de homologación, iniciados con el motor frío. Esto supone un gran reto para los sistemas anticontaminación de los coches: la combustión no es perfecta cuando el motor de un coche está frío. Y para solucionar este problema técnico, los fabricantes y proveedores recurrirán a los nuevos e-catalizadores, o supercatalizadores.
Todo vehículo que se fabrique a partir de julio de 2025 tendrá que ser compatible con la normativa Euro 7.
No dejan de ser catalizadores relativamente convencionales en su concepto de funcionamiento, pero la novedad es que serán rápidamente precalentados. Un catalizador necesita estar a cientos de grados para funcionar adecuadamente y reducir las emisiones del coche. Lo que muchos OEM plantean es introducir una resistencia (un calefactor) y un ventilador que los precaliente antes de arrancar el motor. Esta operación no es instantánea, y se estima que demora medio minuto. Medio minuto desde el momento en que presionamos el botón de arranque del coche.
Hasta que no pase ese medio minuto el motor no arrancará. El tiempo podría acortarse de forma significativa adelantando el calentamiento mediante sensores que detecten