La tendencia iniciada en las últimas cuatro semanas se mantiene. El precio de la gasolina y del diésel siguen bajando. Por el contrario, el precio del GNC, tras un ligero ascenso, parece volver a estabilizarse.
A pesar de este ligero respiro con un mes de bajada del precio, el temor a que tanto el diésel como la gasolina vuelvan a los máximos históricos que llegaron a alcanzar en verano sigue latente (2,152 euros el litro en caso de la sin plomo 95 y 2,106 en el del gasóleo A), por el contexto en el que nos encontramos de crisis energéticas y tensiones geopolíticas que afectan directamente a la oferta y la demanda.
Lo que no tiene indicios de variar a corto plazo es que el diésel vuelva a estar más barato que la gasolina, como ha sido durante décadas. Esta situación se debe, por una parte, a nuestra dependencia del diésel refinado en Rusia al cual ya no tenemos acceso y, por otra parte, a la escasez de refino de diésel en Europa.
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La última subida de precios general de los combustibles debido el recorte histórico de 2 millones de barriles diarios menos en la producción de la alianza petrolera OPEP+ (liderada por Arabia Saudí y Rusia) tampoco ha ayudado a que el precio del diésel volviese a