En busca de una alternativa real a las baterías de litio, un equipo internacional de científicos de la Universidad de Sidney ha presentado una batería de sodio-azufre de bajo coste que según sus investigaciones, multiplica por cuatro la capacidad de las baterías actuales sin necesidad de emplear ni litio ni otros materiales tóxicos y caros de extraer como el cobalto.
Estas baterías, en teoría, acaban con dos de los mayores problemas que habían tenido hasta ahora baterías de sales fundidas que existen en diversas formas desde hace unos 50 años: su capacidad justa y su corta vida útil. De poder fabricarse en serie, se perfilarían como una prometedora tecnología para el futuro almacenamiento de energía a escala de red.
Un punto clave de la investigación: la temperatura
En los últimos años, y a medida que crece el interés por las energías renovables, los investigadores científicos que se muestran optimistas respecto al potencial de las baterías de sales fundidas para almacenar energía son cada vez más. El principal motivo es que estas son relativamente asequibles, pues dependen de materiales de uso común.
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