En el ideario colectivo, al menos para los aficionados al sector del automóvil, no falta el ya mítico Ford GT Mk IV de 1967. Con este modelo el Blue Oval marcó un hito deportivo e histórico «humillando» a la todo poderosa Ferrari. Y aunque su legado comercial ha sido más bien irregular, la última generación del GT ha dejado buen sabor de boca. Tanto es así, que la marca yanqui no ha dudado en ofrecer en todos estos años varias ediciones especiales.
Como bien sabes, el Ford GT es uno de los superdeportivos más exclusivos del mundo. Desde su nacimiento la marca anunció que su producción sería limitada y lo ha cumplido a raja tabla. De hecho, con la última parecía que lo iban a despedir para siempre pero no, no fue así. Ahora vuelven de nuevo con un Ford GT Mk IV muy especial que no solo sirve como canto del cisne para la actual generación, también para mostrar músculo técnico y estético.
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La producción del Ford GT Mk IV se limita a sólo 67 unidades para todo el mundo… a un precio de 1,7 millones de dólares…
Lo primero que llama la atención en este nuevo GT Mk IV es su estética. En el frontal las ópticas son más sencillas y tampoco faltan unos canards delanteros o un divisor de tamaño casi gigante. Los retrovisores laterales ya no existen y la carrocería ha ganado en anchura. La razón tiene que ver con los nuevos aditamentos aerodinámicos y las diferentes tomas de aire como la del techo en fibra de carbono. Amén del gran alerón y difusor que ha en la zaga.
Respecto a su técnica, el nuevo GT Mk IV presume de un chasis actualizado con una distancia entre ejes mayor. El equipo de ingenieros de la marca tampoco se ha olvidado