El primer fin de semana en el que ha estado activo el nuevo límite de velocidad en un tramo de la AP-7, entre el Papiol y Montornés del Vallés, se ha saldado con aluvión de multas: entre la madrugada del viernes 25 y el domingo 27 de noviembre se ha multado a 450 conductores. Es decir, 150 por día.
Este tramo es uno de los que levantó los peajes en septiembre del año pasado. Desde entonces, ha aumentado el tráfico a 130.000 vehículos diarios, un 40 %. También lo ha hecho la siniestralidad. Por ello, a principios de noviembre, el Ministerio de Transportes y el Servei Català de Trànsit (SCT) acordaron reducir la velocidad en el mismo, y en otros dos más de la AP-7.
Siendo aún pronto, según ha señalado el conseller d’Interior, Joan Ignasi Elena, aún no se cuenta con datos consolidados para valorar si ha reducido o no el índice de accidentes con la implantación de la medida en estos días.
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Sea como fuere, para el SCT la solución para reducir los siniestros también pasa por atar en corto la velocidad, siguiendo la misma línea que la DGT. «La reducción de la velocidad garantiza una mejora en la accidentalidad», ha apuntado Elena.
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