Después de conocerlo en persona, por fin nos hemos puesto al volante del Peugeot 408. Tras esta primera prueba analizamos más en profundidad sus bondades, además de su hacer sobre el asfalto, que acompañan el buen trabajo en diseño de la marca del león. Pero primero las presentaciones.
El Peugeot 408 se define como una berlina crossover del segmento C y se niega a que lo llamen SUV pese a su altura al suelo elevada. Es decir, se presenta en idénticos términos que su primo hermano, el Citroën C5 X. Siempre es cuestión de gustos, pero la impronta del modelo de Peugeot nos parece más atractiva, con aires fastback y coupé más marcados.
La estrategia mecánica en ambos es la misma: solo cuenta con variantes o bien gasolina o bien híbridas enchufables de etiqueta CERO, todas con cambio automático de ocho relaciones y tracción delantera.
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No obstante, la del Peugeot 408 es algo más escueta: solo ofrece una versión de gasolina, estando eso sí las dos PHEV presentes. Y en 2024, a más tardar, planean la llegada de su versión 100 % eléctrica.
La firma gala define a su nuevo retoño como un modelo que pretende «anticipar el ocaso de los SUV». Toda una declaración de intenciones, ya que ese momento que se antoja muy lejano y a saber por dónde discurren las