En los últimos años, Akio Toyota venía involucrándose mucho en el desarrollo de algunos modelos deportivos de su empresa, Toyota, el mayor fabricante de vehículos del mundo. Es un hombre que, por encima de todo, ama los coches y la movilidad. No es un simple directivo al que se le da bien tomar decisiones. Por eso resulta doloroso que, a sus 66 años, esta eminencia en la industria de la automoción haya decidido retirarse y dejar la presidencia de su reputada empresa familiar en manos de Koji Sato, quien hasta ahora es el máximo responsable de Lexus.
Gracias a Akio, nieto de Kiichiro Toyoda (quien fue fundador de Toyota Motors), la firma japonesa es actualmente la referencia global en términos de hibridación eléctrica para turismos. Y no sólo eso. Bajo la última parte de su mandato, la quinta generación de los Toyoda ha conseguido devolver la deportividad que la marca nipona perdió hace un tiempo.
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Fruto de su pasión por las máquinas que construye su multinacional, el CEO se implicó personalmente en la creación de productos tan emocionantes como el GR Supra, el GR Yaris o el más reciente GR 86, impulsando importantes asociaciones fabriles y acuerdos de colaboración estratégicos con BMW y Subaru, entre otras compañías del sector.
Toyoda dejará sus cargos, incluidos los de consejero delegado y jefe de operaciones, el próximo 1 de abril de 2023. Ese mismo día, Koji Sato, actual mandamás de Lexus (marca de lujo del Grupo Toyota) y presidente de Gazoo Racing (la división de alto rendimiento de la empresa en cuestión) tomará el relevo. Sin embargo, seguirá de cerca los pasos de su sucesor, pues continuará como presidente de la junta directiva, reemplazando a Takeshi Uchiymada.
Esta especie de jubilación por parte de Akio genera cierta incertidumbre sobre el futuro de una Toyota que, como cualquier