Pagar la friolera de medio millón de euros por el nuevo Ford Mustang 2023 o por el reciente GMC Hummer EV no tiene mucho sentido, pues son coches cuyo precio, en el peor de los casos, no supera o superará los 100.000. Con todo, hay un par de personas que lo han hecho en Norteamérica, la región del planeta donde se fabrican ambos modelos. ¿Cómo es esto posible? Te lo explicamos a continuación.
Ford presentó la séptima generación de su gran turismo deportivo o «pony car» durante el tercer trimestre de 2022. Oficialmente, la producción este modelo, también conocido como S650, comenzará el próximo verano. Ya se han construido prototipos y ejemplares preserie para realizar pruebas y exhibiciones, pero no se comercializarán. Sin embargo, la primera unidad homologada de este icono americano ya se ha vendido, incluso antes de haberse materializado. Ha sido a través de una subasta benéfica y por la asombrosa cantidad de 490.000 dólares, que son unos 450.000 euros al actual cambio de divisa.
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El dinero, recaudado en Arizona por Barret-Jackson Auction Company, se ha destinado a la Fundación de Investigación de Diabetes Juvenil de Estados Unidos. Esta clase de adjudicaciones al mejor postor se ha convertido en algo tradicional cuando se trata de un Mustang con VIN inicial. Ya ocurrió con el primer Mach 1, con el primer Bullit y con el primer Shelby GT500 de la anterior generación del producto en cuestión. En este caso, se trata de un GT “convencional” con motor V8 atmosférico y 487 CV de potencia.
Con el Hummer, resucitado y reinterpretado por General Motors como un todoterreno eléctrico, ha ocurrido lo mismo. Su fabricante se puso en contacto con la misma empresa especialista en pujas y licitaciones de automóviles exclusivos para subastar la primera unidad producida en serie de su colosal vehículo: mide