Hace pocos días, FENEVAL (la Federación Nacional Empresarial de Alquiler de Vehículos), comunicaba que el sector de los Rent a Car atraviesa un momento complicado. Hacen falta cerca de 200.000 coches de alquiler más en España, el tercer país más visitado del mundo, para satisfacer la demanda de los viajeros. Esto es especialmente problemático en lugares con alto potencial turístico durante determinadas estaciones del año y, sobre todo, en un momento en el que las personas viajan todo lo que no pudieron durante la pandemia por la COVID-19.
Pese a unos precios disparados ante la escasez de la oferta y el crecimiento de la demanda, alquilar un coche en España es una tarea difícil, por no decir casi imposible en regiones como las Islas Baleares o la Comunidad Valenciana y de cara a la temporada estival. Y es que, seis meses antes de inaugurar el verano, las reservas están prácticamente colmadas en los principales operadores de RAC. El motivo no es otro que la incapacidad por parte de los fabricantes de automóviles para dotar de vehículos nuevos a las flotas de las distintas empresas que se dedican a este negocio.
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Desde 2019, la tarifa media por arrendar un coche se ha multiplicado por dos o por tres en función de la zona. Durante el último ejercicio, en 2022, la situación ya era mala, pero parece que en 2023 será todavía menos alentadora. Es por ello que FENEVAL invita a los españoles que deseen realizar turismo nacional que reserven ya, de forma anticipada, su vehículo de alquiler para disfrutar las vacaciones de Semana Santa y de verano con ciertas garantías.
Con base en datos de ANFAC (la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), la industria auxiliar del Rent a Car cerró el año pasado con algo menos de 100.000 matriculaciones de turismos,