Hace unos días, a exigencia de la Administración Nacional de Seguridad en el Transporte por Carretera (NHTSA), Tesla se ha visto obligada a llamar a revisión en Norteamérica a casi 363.000 coches que disfrutan del Autopilot FSD Beta.
Esto ha llevado a la marca californiana a parar la implementación del FSD Beta si ya se ha adquirido, ya sea por haber comprardo el coche equipándolo con el FSD, o bien por actualizar a este sistema de asistencia a la conducción más avanzado.
Pero lo curioso es que no ha dejado de estar disponible. Es decir, que ahora mismo se puede configurar un Tesla con el FSD (que en Norteamérica cuesta 15.000 euros) o bien solicitar este sistema mediante actualización remota, por idéntico precio. También se puede optar a esta tecnología por suscripción, que supone 199 euros al mes.
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Esto en coches configurados ahora, a priori, no es un problema: se entiende que, cuando se entregue dentro de unos meses, lo habrán vuelto a implementar ya sin las deficiencias detectadas. Pero sí que lo es para los que deciden mejorar su sistema al FSD Beta, teniendo ya el coche. Esto no ha gustado a los clientes norteamericanos. Con razón.
Al final se está pagando por una tecnología que actualmente no está disponible. Y aunque la intención es que lo esté en los próximos días, quizá sería más honesto