Mercedes-Benz ha decidido que, habiendo transcurrido tres años desde el lanzamiento de sus actuales generaciones, era hora de renovar parcialmente dos de sus modelos más vendidos: el GLA y el GLB. Se trata de una dupla de SUV que se distinguen tanto por su aspecto como por su tamaño (4,41 y 4,63 metros de largo respectivamente) o el número de asientos que son capaces de ofrecer (el primero 5 y el segundo 7), pero no así por su dotación de equipamiento. También tienen algunas diferencias en su gama de motores, pero son menores, ya que comparten la inmensa mayoría de opciones. Eso sí, ninguno puede tener transmisión manual. Resumimos su “restyling” estético y tecnológico en dos claves.
Cambios en el diseño y mejoras sobre el multimedia y la seguridad
La apariencia de los Mercedes GLA y GLB ha recibido algunas modificaciones, pero son muy pequeñas, casi inapreciables. Se pueden resumir en una parrilla frontal y unos parachoques más modernos, algunos juegos de llantas nuevos y unas ópticas que cuentan con la misma forma y volumen, pero cuya arquitectura interna ha mutado. En la cabina, las reformas son aún menores: tan sólo el volante parece alterarse. Se ha instalado el mismo que en los productos más recientes de la marca germana, con doble radio horizontal y muchos comandos hápticos. Mercedes asegura que, cuando el coche está detenido, ahora se pueden controlar videojuegos desde sus mandos usando las pantallas como visores.
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En este sentido, el equipo multimedia de serie está compuesto por una pantalla de 10 pulgadas y otra de 7 que también puede ser de 10 opcionalmente. Se encuentran ubicadas bajo el mismo cristal, lo que genera una sensación de continuidad. La de la izquierda hace la función de cuadro de instrumentos, mientras que la de la derecha es táctil y sirve para manejar