Los coches autónomos son una realidad. Hay varias ciudades en Estados Unidos que cuentan con flotas de robotaxis, como San Francisco o Austin. Por supuesto, el despliegue de esos coches sin conductores no se hace sin causar problemas e incidentes en el tráfico. Una posible solución sería añadir una cuarta «luz blanca» a los semáforos.
Es una propuesta que emana de los ingenieros de transporte de la Universidad Estatal de Carolina del Norte. Proponen añadir una cuarta «luz blanca» cuya función sería alertar a los humanos que conducen detrás de un coche autónomo que simplemente «siga el coche que tiene delante».
El objetivo aquí es mejorar la fluidez del tráfico, y por tanto, el ahorro energético, especialmente en combustible, al mismo tiempo que mejora la seguridad.
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La idea es aprovechar las capacidades de comunicación del coche autónomo con su entorno y sobre todo con los otros coches. La flota de coches autónomos que circulan actuarían como una mente colmena para dirigir el tráfico, tomando el control de los semáforos que haya en el entorno en el que circulan.
»Conceder parte del control del tráfico