Si bien la actualidad de estos días se centra en la excepción dada a los e-fuels, el Parlamento Europeo y los Estados miembros (el Consejo Europeo) han llegado a un acuerdo para acelerar el despliegue de los puntos de carga para coches eléctricos y de hidrógeno.
El objetivo es dotar a Europa de la infraestructura de recarga de “carburantes alternativos”, es decir, puntos de carga para coches eléctricos de batería e hidrogeneras para vehículos de pila de combustible de hidrógeno.
Es un ambicioso reglamento, pero que da a entender que a pesar de la excepción de los e-fuels, Europa sigue apostando por la movilidad eléctrica, sea de batería o de pila de combustible (recordemos que los coches de hidrógeno, o fuel cell, son también coches eléctricos).
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El innovador acuerdo alcanzado el 27 de marzo de 2023 entre los eurodiputados y los gobiernos de los países miembros de la UE acelera el desarrollo de infraestructuras de combustibles alternativos y establece una hoja de ruta vinculante para los Estados europeos.
Según el proyecto de este reglamento, cada estado miembro deberá instalar estaciones públicas de recarga y estaciones de servicio de hidrógeno (hidrogeneras) para camiones y automóviles a intervalos regulares a lo largo de las principales carreteras europeas y en las grandes ciudades.