El Gran Premio de Baréin no auguraba demasiadas alegrías para Ferrari, pero el resultados ha sido todavía peor que las expectativas. No solo porque ningún coche de Maranello se subiese al podio de Sakhir, sino porque el Ferrari de Charles Leclerc se quedó tirado en mitad de la pista cuando comenzaba el tramo final de la carrera.
Por increíble que parezca, Leclerc tuvo que cambiar un componente de su monoplaza antes incluso de empezar la primera carrera de la temporada. Y no es baladí, ya que se trató de la batería. Acabamos de empezar y en el horizonte muy próximo ya se vislumbra una penalización en parrilla para Leclerc.
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Leclerc rodó en la segunda posición durante gran parte de la carrera en Baréin, y después de perder estratégicamente ese puesto contra Sergio Pérez parecía que el podio estaba bastante garantizado. Pero todo cambió cuando el Ferrari se apagó de repente faltando aún más de 20 vueltas para el final de la prueba.
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