Uno de los principales retos del coche autónomo es el de convivir con el resto de vehículos gobernados por conductores humanos. Y esto incluye a aquellos que se muestran agresivos o iracundos.
En ello se centra un estudio elaborado por la Universidad de Warwick, que ha buscado identificar las características de la conducción agresiva, con el objetivo de entrenar a estas tecnologías para que sepan detectarlos y actuar en consecuencia.
La conducción autónoma total es una meta a la que, en teoría, se encaminan los coches, pero con aún muchas barreras por superar. Hoy por hoy, en los coches que se comercializan, los sistemas autónomos no pasan del nivel 3 estando aún lejano el nivel 5 de conducción autónoma.
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Identificar comportamientos agresivos para mejorar la conducción autónoma
«Cómo afecta realmente la ira en la carretera a su forma de conducir y a los coches autónomos del futuro», se bautiza este estudio. Y entre otros aspectos, se ha centrado en evaluar los cambios de comportamiento en la conducción cuando el conductor está enfadado o iracundo.
Para ello, se sometió a un grupo de participantes llevándoles a un estado