En pleno auge del pago por uso en todo tipo de ámbitos, BMW fue la primera marca de coches que apostó por esta práctica, cobrando una mensualidad, entre otras, por disfrutar de los asientos calefactados.
Más tarde se subió al carro General Motors y poco después lo hizo Mercedes-Benz, que está utilizando los coches eléctricos como puerta de entrada al mundo de las suscripciones.
No es algo nuevo
Hace unos meses Mercedes estrenó una opción completamente nueva en su configurador de Estados Unidos: más potencia en algunos de sus coches a cambio de una suscripción anual. Pagando una cuota extra, los dueños de los coches eléctricos más grandes de la marca de la estrella podían actualizar sus vehículos con un extra de potencia.
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Esta opción es una especie de reprogramación oficial para ganar potencia, pero con carácter temporal porque los CV extra que gana el coche a través de una actualización OTA (Over The Air) que se puede hacer desde cualquier lugar, se pierden si el periodo de suscripción termina y el cliente no lo renueva.
Pues bien, unos meses después de estrenar esta opción, Mercedes sigue trabajando