Según los medios alemanes, Audi está considerando seriamente comprar la licencia de utilización de una plataforma para vehículos eléctricos de alguno de sus competidores chinos. Esta sorprendente intención sería consecuencia de los retrasos que viene arrastrando la plataforma SSP del Grupo Volkswagen, que estaría frenando los planes de electrificación de la firma de los cuatro aros.
Fuentes cercanas a la compañía, aseguran que Audi quiere avanzar mucho más rápido en la transición hacia la movilidad eléctrica, pero las limitaciones que se está encontrando se lo impiden y ésta podría ser una posible solución. Así, la firma de Ingolstadt habría incluso iniciado ya algunos contactos con varios fabricantes chinos, con la intención de poner en el mercado nuevos modelos eléctricos cuanto antes, especialmente en el mercado chino.
La nueva plataforma SSP debería debutar con un nuevo buque insignia de Volkswagen desarrollado en el llamado Proyecto Trinity, pero tras acumular varios retrasos no se espera que esto ocurra hasta 2029 como muy pronto, o incluso 2030. Si esto es finalmente así, eso significa que no veremos el primer Audi basado en esta misma plataforma hasta dentro de unos cuantos años.
Audi necesita un Plan B
Si Audi quiere continuar siendo una marca relevante en China, está obligado a comercializar nuevos modelos eléctricos en los próximos años, dado el alto nivel competitivo de este mercado. Algo que no es posible sin una nueva plataforma, propia o de un tercero. A día de hoy, Audi únicamente comercializa en China el Q4 e-tron y el Q5 e-tron. Este último basado en el Volkswagen ID.6, disponible exclusivamente en este mercado asiático. Estos dos modelos emplean la plataforma MEB, que aunque es bastante polivalente, no resulta adecuada para vehículos de alta gama como los que Audi acostumbra a incluir en su catálogo de productos.
Audi planea comercializar nuevos modelos, como el A6 e-tron y el Q6 e-tron, basados en la nueva plataforma PPE a partir de finales de 2024. Aunque esta nueva plataforma incluye algunas mejoras respecto a la plataforma MEB, como la posibilidad de integrar una arquitectura de 800 V, es sin embargo insuficiente para atender a las aspiraciones de la compañía, especialmente en el apartado de la conducción autónoma.
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