Ya habíamos hablado de esta iniciativa europea, que pretende que las carreteras de los países miembros de la Unión Europa cuenten con una infraestructura de cargadores de coches eléctricos muy sólida y eficiente. Y desde hoy, se da el pistoletazo de salida a una legislación que forzará a todos los países a avanzar de manera más rápida.
Uno de los países más atrasados en este aspecto es España. Nuestro país está a la cola en lo que respecta a infraestructura de carga de vehículos eléctricos. De hecho, solo hay un país, Hungría, que se sitúa por detrás de España en este aspecto. Así que hace falta que todo se mueva más rápido. Y esta es la intención de esta nueva legislación europea.
Medidas Fit for 55
Las medidas Fit for 55 se han establecido para dar forma al Pacto Verde Europeo. Son varias medidas que buscan ofrecer soluciones para que los vehículos eléctricos, y no solo los coches, sino también camiones, furgonetas y otros vehículos, puedan desplazarse por toda Europa sin tener problemas para mantener la batería cargada.
A partir del año 2026, según esta nueva norma que se acaba de aprobar, tendrá que haber una estación de carga cada 60 kilómetros. Estos tendrán que cumplir con unas características mínimas. Vamos a hacer un repaso a todo lo que exige esta normativa y el plazo que tienen todos los países para ponerlas en marcha.
Lo primero que se ha de tener en cuenta que la distancia de 60 kilómetros se refiere a la red de carreteras que forman la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T). Es decir, las grandes vías que permiten el tráfico de mercancías entre los distintos países de Europa. Así que no se refiere a carreteras de ámbito nacional.
Cargadores rápidos
Los cargadores para turismos y furgonetas tienen que estar a una distancia máxima de 60 kilómetros. La potencia de estos cargadores ha de ser de 150 kW, para permitir cargas rápidas y evitar que el coche esté mucho tiempo cargando.
Para vehículos pesados, como camiones, se han de habilitar cargadores a una distancia máxima de 60 kilómetros en la red principal de la RTE-T, aunque en el caso de la red integral de la RTE-T, que incluye las vías principales y las secundarias, será de 100 kilómetros. En este caso la potencia de los cargadores ha de ser, como mínimo, de 350 kW.
Estos cargadores deben de estar ubicados en lugares pensados para el descanso de los conductores, para realizar la carga durante la noche. También se podrán instalar en nodos urbanos de vehículos de reparto, para que se cuente con la mejor seguridad durante la carga.
Hidrogeneras
Las instalaciones de repostaje de hidrógeno también serán importantes en un futuro próximo. Por eso, esta normativa europea contempla una infraestructura de este tipo, tanto para turismos como para camiones, que ofrezca suministro cada 200 kilómetros a lo largo de la red principal de la RTE-T y en los nodos urbanos.
Puertos marítimos y aeropuertos
Todos los puertos que reciban buques de pasajeros en un número superior a 50 escalas, tendrán la obligación de suministrar electricidad desde tierra. Esto hará que los buques puedan apagar sus motores y contar con suministro eléctrico. De esta manera, se podrá reducir de manera considerable la emisión de gases contaminantes.
En el caso de los aeropuertos, estos también tendrán que suministrar electricidad a las aeronaves estacionadas en las puertas de embarque en 2025 y en los puestos remotos a partir de 2030.
Mejoras en la forma de pago
En la actualidad, hay un problema a la hora de pagar el suministro de energía en los puntos de carga, ya que cada proveedor tiene su propio sistema de pago. Para evitar esto, se exigirá una plataforma de pago común, como el uso de una tarjeta de crédito o de débito. Es una manera más sencilla y esto favorecerá el uso de estas infraestructuras.
Tras la aprobación de estas medidas, la nueva ley se publicará en el Diario Oficial de la Unión Europea durante la segunda quincena del mes de septiembre, así que pronto se tendrá que comenzar a poner en práctica.