El nuevo Toyota Land Cruiser estará disponible en el mercado aproximadamente hasta 2030, por eso los ingenieros de Toyota están analizando los costes y los beneficios de los sistemas de propulsión eléctricos, híbridos enchufables e incluso hidrógeno para el modelo más robusto de la marca nipona.
La última generación del Toyota Land Cruiser ofrece un diseño inspirado en lo vintage pero forma parte de una de las normativas de emisiones más estrictas de la historia. Tanto es así que los ingenieros del SUV todavía están en el proceso de decidir cómo mantener su importancia hasta el 2030.
Toyota ha tenido un buen comienzo con el modelo y es que ha equipado el nuevo Land Cruiser con su tren motriz híbrido i-Force Max. Eso, combinado con un motor turboalimentado de cuatro cilindros y 2.4 litros con una transmisión automática de ocho velocidades que tiene un motor eléctrico integrado conectado a una batería de 1.87 kWh para entregar una potencia combinada de 331 CV y 630 Nm de par motor máximo.
Toyota Land Cruiser, ¿cómo se mantendrá en el tiempo?
Pero eso no será suficiente para mantener el Land Cruiser cumpliendo con la normativa en todos los mercado. Algunas fuentes han confirmado que la marca nipona está buscando transmisiones híbridas enchufables, de hidrógeno y completamente eléctricas para el modelo.
Los ingenieros del SUV tienen la flexibilidad de no comprometerse con una solución todavía porque el Land Cruiser se basa en la plataforma TNGA-F, que fue diseñada para albergar trenes motrices de nueva energía, así como motores de combustión interna.
Sin embargo, la plataforma aún tendrá que ajustarse para un nuevo tren motriz y el hecho de que pueda albergarlos no significa que no haya que hacer concesiones para cada opción, según Keita Moritsu, el ingeniero jefe del Land Cruiser. Moritsu ha afirmado que «cada uno tiene puntos difíciles y puntos de mérito. Así que tenemos que pensar en cómo abordar bajo la vía múltiple”.
Si bien la opción eléctrica tiene la ventaja de generar cero emisiones, la tecnología de batería significa que la autonomía puede verse afectada en climas cálidos o fríos. Dado que el Land Cruiser está destinado a actuar como un salvavidas incluso en los lugares más remotos, eso podría no ser lo ideal.
Aunque un híbrido enchufable podría resolver algunos de esos problemas de autonomía, todavía tiene motor, lo que significa que genera emisiones y podría contribuir a la reputación de Toyota como resistente a los vehículos totalmente eléctricos. Un sistema de pila de combustible de hidrógeno sería una muy buena idea para ofrecer amplias autonomías pero sus depósitos reducirían el espacio a los pasajeros.
Moritsu ha apuntado que el fabricante de automóviles aún no ha tomado una decisión final, pero la compañía está examinando de cerca los costes y beneficios de cada opción para ver cuál debería elegir.