Hubo un tiempo en que el Jeep Willys recorría los campos de batalla con una identidad distintiva, en aquella época solo existía un color, el Jeep vestía una carrocería con tonos únicamente de verde oliva. Concebido como un vehículo militar, sus cualidades trascendían más allá de su aspecto, debiendo ser adaptable a cualquier entorno y pasar inadvertido ante las miradas enemigas. El tono caqui reinaba, ofreciendo un camuflaje natural en medio del conflicto, aunque en algunos casos, se permitía la inclusión de patrones camuflados.
Sin embargo, el Jeep CJ, la versión civil surgida del concepto cambió radicalmente esta paleta monótona. Este modelo, destinado a conquistar las carreteras de Estados Unidos, no solo heredó la versatilidad y robustez demostradas en el ejército, sino que también trajo consigo una amplia gama de colores vivos y llamativos. Presentando características que lo convertían en el aliado perfecto para la vida cotidiana, como espacio de carga trasero, capacidad de remolque y un techo de lona, el CJ introdujo al mercado una variedad de colores llamativos. El verde oliva y los tonos tierra quedaron atrás, dando paso al amarillo, el rojo y el verde brillante. El catálogo de 1970 ofrecía 15 colores, entre los que se encontraban disponibles el Naranja Riverside, el Azul Sierra, el Amarillo Baja, el Amarillo Canary y el Plum Poly, un llamativo violeta.
Esta explosión de colores se ha convertido en la esencia de la marca Jeep, especialmente en el mercado estadounidense, donde ediciones limitadas y series especiales celebran diversas temáticas. Jeep, en sintonía con las festividades más arraigadas en la cultura estadounidense, abraza Halloween con el color Punk’n, un naranja vibrante que se asocia a las calabazas de la temporada.
En la actualidad, el Jeep Gladiator en Norteamérica ofrece una opción de color que destaca en las calles: el High Velocity, un amarillo neón que no pasa desapercibido. Junto a él, otras tonalidades en boga en Estados Unidos incluyen el Bikini Metallic, un turquesa evocador de las aguas del Pacífico, el atemporal y deportivo Colorado Red, y el Nacho Clear, un homenaje aperitivo mexicano plasmado en la carrocería del Jeep Wrangler.
La evolución de los colores en Jeep trasciende lo meramente estético. Del verde oliva discreto al espectro de colores vivos, la marca ha demostrado que la personalización y la individualidad son elementos esenciales en la filosofía de diseño de Jeep. En un mundo donde la expresión personal cobra cada vez más relevancia, los colores de Jeep han pasado de ser simples tonos a contar historias y reflejar la identidad de aquellos que se ponen al volante.
Con una mirada hacia el pasado y otra hacia el futuro, Jeep continúa forjando su legado en la industria automotriz. Más allá de la tecnología y la ingeniería, la elección de colores se ha convertido en una declaración de estilo y actitud. Ya no se trata solo de atravesar terreno desafiantes, sino de crear un diseño distintivo para el que ha sido un icono automovilístico en Estados Unidos y, más tarde en mercados internacionales.