Renault acaba de remodelar el Renault Arkana con una actualización estética aprovechando para simplificar la gama. Aquí puedes consultar cómo queda la oferta del SUV de estilo coupé, así como sus precios. En la actualidad se puede elegir entre tres niveles de acabado, evolution, techno y esprit Alpine. Todos disponibles con dos variantes mecánicas: el TCe de gasolina con, cambio automático de doble embrague EDC e hibridación ligera MHEV, que rinde 140 CV en los evolution y techno y llega a 160 CV para el esprit Alpine; o el E-TECH Full Hybrid, con 145 CV en todos los acabados.
Y la duda a la hora de elegir versión mecánica es de lo más razonable, ya que tanto los MHEV como los E-TECH híbridos cuentan con la etiqueta ECO de la DGT, y no hay mucha diferencia de precio: los E-TECH híbridos cuestan 1.600 euros más que los mild hybrid o híbridos ligeros MHEV, salvo en el caso del acabado esprit Alpine, en el que esta diferencia se reduce a 600 euros. ¿Merece la pena pagar lo que cuesta de más el E-TECH híbrido? Vamos a verlo.
Cifras parecidas, tecnologías diferentes
Una primera consideración que hay que tener en cuenta es la capacidad de maletero. Los más de 510 litros del Arkana MHEV se quedan en 480 litros en el E-TECH híbrido, que tiene que hacer hueco a la batería del sistema de alta tensión. Recordemos que la tecnología MHEV es una forma sencilla de hibridación ligera en la que un pequeño motor eléctrico, que no tiene capacidad de impulsar por sí solo a las ruedas, hace las veces de generador y motor de arranque y permite recuperar energía en deceleración y frenada, lo que permite contar con un pequeño impulso adicional en fases de aceleración y, sobre todo, reducir el consumo.
Por su parte, el sistema E-TECH es un «híbrido completo», que en el caso de Renault utiliza un motor eléctrico capaz de sumar su fuerza a la del motor término o de mover el vehículo por sí solo en determinadas fases de conducción, un segundo motor eléctrico que también funciona como generador y forma parte de la caja de cambios «multimodo» y una batería de alta tensión. Los elementos del sistema de propulsión son los que hace que el maletero del E-TECH tenga menor capacidad, aunque los poco más de 30 litros difícilmente pueden ser decisivos por delante de otros factores más importantes, como el consumo o las prestaciones.
La respuesta está en el uso: ¿mucha ciudad o más carretera?
Si profundizamos un poco más, la teoría, es decir, las características técnicas, nos dan dos pistas relevantes. En primer lugar, los MHEV aceleran de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos (9,1 el esprit Alpine, que es más potente), mientras que los E-TECH, que «arrastran» 100 kg más de peso del sistema híbrido, necesita un segundo más para alcanzar los 100 km/h desde salida parada. Por otro lado está el consumo homologado: 4,7 l/100 km para el Arkana híbrido, por los 5,7 l/100 km del MHEV (6,0 en los esprit Alpine).
La práctica no hace más que confirmar las cifras: al volante, el Arkana MHEV se desenvuelve mejor en carretera y autopista porque se siente más ágil, con mayor capacidad de aceleración y recuperación. Por su parte, el E-TECH híbrido es algo más lento en estas situaciones, pero se desenvuelve como pez en el agua en ciudad, con una mayor suavidad de funcionamiento e inmediatez de respuesta. En cuanto al consumo, el MHEV también saca ventaja en carretera, pero se distancia mucho menos del E-TECH de lo que lo hace el híbrido en ciudad. Si consideramos un consumo medio en utilización normal combinando recorridos de todo tipo, es fácil para el E-TECH lograr medias en torno a 1-1,5 l/100 km menos que el MHEV, subiendo tanto más cuanto más kilómetros se recorren en ciudad.
¿Con cuál quedarnos? La circunstancia particular de cada uno puede intervenir;por ejemplo si el espacio para el equipaje es crucial, si vas a usar el coche principalmente en carretera o si vas a elegir el acabado esprit Alpine y valoras especialmente las prestaciones por encima del consumo, nos quedamos con el MHEV. Para el resto creo que la mayor carga tecnológica del E-TECH híbrido, su consumo imbatible en ciudad y unas prestaciones que tampoco se quedan atrás compensan lo que hay que pagar de más por la tecnología híbrida.