La última vez que te hablamos del Aston Martin Valhalla fue hace ya un par de años. Por aquel entonces, el supercoche de Aston Martin acababa de pasar de la fase de concepto a convertirse en un coche de producción en serie, con un sistema de propulsión híbrido de 950 CV y un concepto aerodinámico basado en el Aston Martin Valkyrie.
Ahora, la marca inglesa anuncia que el Valhalla entrará en producción en 2024 y que se van a fabricar 999 unidades. Para ello, el impulso en la fase final de desarrollo, y la colaboración con el equipo de Aston Martin en la Fórmula 1 a través de Aston Martin Performance Technologies está siendo clave. Los ingenieros de la F1, y también los pilotos, han aportado toda su experiencia al proyecto, asistiendo al equipo de ingeniería de Aston Martin en las tres áreas clave para un coche de este tipo: aerodinámica, materiales y dinámica de conducción.
Motor V8 y tres motores eléctricos para una potencia de 1.012 CV
Para el sistema de propulsión se mantiene el V8 biturbo de 4 litros, ahora optimizado para alcanzar una potencia máxima de 812 CV a 7.200 rpm. Este motor está acoplado a un cambio DCT de 8 velocidades y a un motor eléctrico, un conjunto que impulsa las ruedas traseras. Pero ahora no hay un único motor eléctrico en el eje delantero, sino dos. En total, la «potencia eléctrica» aporta 200 CV, con lo que la potencia de sistema alcanza los 1.012 CV.
Con esta potencia y gracias a su bajo peso y a la aerodinámica activa, el Valhalla alcanza una velocidad máxima de 350 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos. El sistema de propulsión híbrido permite recorrer unos 15 km en modo totalmente eléctrico, y permite al supercoche inglés contar con tracción a las cuatro ruedas y vectorización activa del par en el eje delantero, además del diferencial autoblocante de deslizamiento limitado en el eje trasero.
Completan las características principales del Valhalla, en el que se han utilizado muchas horas de simulador, al más puro estilo de los monoplazas de F1, un sistema de aerodinámica activa capaz de generar más de 600 kg de carga circulando a 240 km/h, una estructura moldeada en fibra de carbono mediante el mismo proceso que se utiliza en los coches de F1, suspensiones delanteras tipo push-rod y un potente sistema de frenos carbocerámicos.