En un mundo que se enfrenta a crecientes desafíos ambientales y busca reducir su huella de carbono, la energía limpia se ha convertido en un objetivo clave para gobiernos, empresas y la sociedad en general. Uno de los principales contendientes en esta búsqueda es el hidrógeno, el gas más abundante del planeta, especialmente el hidrógeno renovable o verde. España, gracias a su industria energética, ubicación geográfica y tradición exportadora, está posicionada para desempeñar un papel destacado en la producción, transporte y exportación de hidrógeno en Europa, destacando su potencial como líder mundial, pero, ¿estamos ya preparados aún quedan obstáculos?
Tipos de hidrógeno y sus aplicaciones como fuente de energía.
Para comprender la importancia del hidrógeno en la economía española, es esencial conocer los tipos de hidrógeno y las aplicaciones que se pueden hacer de éste en función de sus características.
Hidrógeno renovable o hidrógeno verde. Se produce mediante la electrólisis del agua utilizando energía renovable, como la solar o eólica. Este proceso separa el hidrógeno y el oxígeno en una reacción química y, como resultado, produce hidrógeno limpio y libre de emisiones de dióxido de carbono (CO₂).
Aplicaciones del hidrógeno verde
- Movilidad: El hidrógeno verde se utiliza en vehículos de pila de combustible, proporcionando una alternativa de movilidad sostenible que no emite CO₂ ni contaminantes locales. Estos vehículos ofrecen una óptima autonomía y un tiempo de recarga más rápido en comparación con las baterías eléctricas.
- Industria. Se emplea como fuente de energía para la producción de calor y electricidad. Puede reemplazar los combustibles fósiles en procesos industriales y reducir las emisiones de carbono.
- Almacenamiento de energía. También se destina como una forma de almacenar energía a gran escala. Puede producirse cuando la energía renovable (como la solar o eólica) está disponible en exceso y utilizarse cuando la demanda energética es alta.
Hidrógeno gris. Producido a partir de combustibles fósiles, como el gas natural, mediante un proceso que emite CO₂. Es menos sostenible que el hidrógeno verde debido a sus emisiones de carbono. Todavía se utiliza en la industria para la producción de amoníaco, metanol y otros productos químicos. También se usa en la refinación del petróleo y como combustible industrial.
Hidrógeno azul. Similar al hidrógeno gris, pero captura y almacena las emisiones de CO₂ resultantes, lo que lo hace más limpio. Se emplea en aplicaciones industriales similares al hidrógeno gris, pero con un menor impacto ambiental. Puede ser una opción más sostenible para la producción de productos químicos y el sector energético.
“El hidrógeno puede desempeñar un papel fundamental en la transición hacia una economía más limpia, especialmente cuando la electrificación es compleja o costosa.”
El debate en torno al hidrógeno verde.
El hidrógeno verde plantea dudas y desafíos significativos. Aunque es una fuente de energía limpia, actualmente es más costoso de producir que el hidrógeno gris que no está absolutamente libre de C02, lo que plantea preocupaciones sobre su viabilidad económica. Además, la producción de hidrógeno verde requiere grandes cantidades de energía renovable, lo que podría afectar otros sectores importantes. El transporte y el almacenamiento del hidrógeno verde también presentan desafíos debido a su naturaleza volátil y reactiva. La inversión en infraestructura será esencial para que el hidrógeno verde se convierta en una fuente de energía confiable.
La apuesta de España por el hidrógeno verde es ambiciosa y arriesgada, pero solo el tiempo dirá si esta inversión estratégica resulta en un éxito y cuáles serán las consecuencias a largo plazo. Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha destacado que el hidrógeno renovable será un vector crucial para descarbonizar la economía española y que España debe tomar la delantera en su producción.
Y es que, España se destaca por su posición geográfica clave, su capacidad de generación de energía renovable y su robusta infraestructura. Ribera mencionó que aproximadamente el 20% de los proyectos de hidrógeno renovable a nivel mundial se encuentran en España. El programa REPowerEU establece que España puede jugar un papel fundamental para alcanzar el objetivo europeo de consumo de 20 millones de toneladas de hidrógeno en 2030. Un estudio de Enagás, todo un referente internacional en el desarrollo, operación y mantenimiento de infraestructuras energéticas, estima que España podría producir entre dos y cuatro millones de toneladas de hidrógeno renovable para 2040.
El lado más negro del hidrógeno renovable
Pero no todo pinta en verde. Un informe reciente de OBS Business School pone de manifiesto que el hidrógeno verde está lejos de ser competitivo en comparación con los combustibles fósiles y, sobre todo, con la electrificación. El mercado del hidrógeno verde sigue siendo prácticamente inexistente y solo se mantiene a flote mediante fondos públicos, lo que plantea interrogantes éticos sobre el financiamiento de empresas que luego cobran precios elevados por la energía que generan. Esta desconfianza no solo es compartida por la comunidad científica, sino también por líderes en el sector del hidrógeno verde, como Plug Power y Ballard Power, cuyas acciones en bolsa han experimentado una significativa caída.
Los expertos han revelado que, en términos de eficiencia energética, el hidrógeno verde no es la panacea. De cada 100 unidades de energía invertida, solo 25 unidades se obtienen en forma de hidrógeno. Esto limita su aplicabilidad a proyectos específicos. La «escalera de Liebreich», creada por expertos energéticos, categoriza los usos del hidrógeno verde según su eficiencia, desde categoría A (más eficiente) hasta categoría G (menos eficiente). Por ejemplo, se considera eficiente su uso en la producción de fertilizantes y metanol, así como en el almacenamiento energético y la producción de acero verde. En contraste, utilizarlo para calefacción residencial, la producción de combustibles sintéticos o el transporte ligero se ubica en la categoría menos eficiente.
A nivel europeo, el proyecto H2 Med, que busca transportar hidrógeno verde por «hidroductos» a través de Portugal, España y Francia, ha sido desestimado por la comunidad científica debido a las pérdidas significativas en la generación y el transporte de hidrógeno. En su lugar, se enfatiza la mayor eficiencia del transporte de electricidad.
Producción, transporte y exportación de hidrógeno renovable
La visión de España va más allá de la producción. La infraestructura de transporte de gas existente se puede utilizar para transportar hidrógeno, lo que facilita su distribución. Expertos señalan que entre el 60% y el 70% del transporte de hidrógeno utilizará infraestructuras ya adaptadas para el transporte de gas. España también tiene la capacidad de exportar hidrógeno renovable, ya que se prevé que zonas de Europa central enfrenten déficits de producción. La creación de un mercado interior de hidrógeno podría hacer de España un hub internacional de producción y exportación de hidrógeno renovable.
Pero para que España pueda llevar a cabo su ambiciosa visión en la producción, transporte y exportación de hidrógeno, se deben cumplir ciertas condiciones.
Regulación: España ha avanzado en la creación de una hoja de ruta para el hidrógeno y en la implementación de incentivos para aumentar la competitividad del hidrógeno en comparación con los combustibles fósiles. Una regulación clara y favorable es esencial para el éxito continuo.
Tecnología: La innovación tecnológica es clave para reducir los costos y aumentar la eficiencia en la producción de hidrógeno. Esto incluye la mejora de la electrólisis y el desarrollo de sistemas de almacenamiento y transporte eficientes.
Financiación: La inversión tanto pública como privada es crucial para el desarrollo del sector del hidrógeno en España. Se necesitarán grandes sumas de dinero para infraestructuras, transporte, almacenamiento y estaciones de servicio de hidrógeno.
Un hito real de producción de hidrógeno verde en España: así es la planta de Iberdrola
La reciente planta de hidrógeno verde de Iberdrola ha marcado un hito industrial en la región. Este proyecto sostenible es resultado de una colaboración significativa, con el Centro Nacional del Hidrógeno, ubicado en la misma ciudad, desempeñando un papel fundamental en su desarrollo. La planta se encuentra en Puertollano, una ciudad de aproximadamente 50.000 habitantes en Ciudad Real y sobre un espacio de 7.000 metros cuadrados. Su localización es estratégica y la colaboración local ha sido un componente esencial, involucrando a unas 80 empresas locales y generando alrededor de 1.000 puestos de trabajo en la región. Empresas como Elecnor y Construcciones Electromagnéticas Consonni desempeñaron un papel clave en la implementación del proyecto, estableciendo un sólido motor económico. La construcción de la planta se completó en un tiempo récord de 15 meses.
Finalidad principal. Es la producción de hidrógeno verde sin emisiones de CO₂, que se suministra a una fábrica de Fertiberia. Esta fábrica utiliza el hidrógeno como materia prima para la producción de fertilizantes. Este proceso innovador reduce la dependencia del gas natural en la fabricación de fertilizantes y, en consecuencia, contribuye a la reducción de emisiones de carbono.
Inversión e el impacto ambiental. La inversión total ascendió a 150 millones de euros y la planta tiene la capacidad de producir hasta 3.000 toneladas de hidrógeno verde al año (360 kilos por hora). Esta producción ayudará a evitar la emisión de 78.000 toneladas de CO₂ anualmente, incluyendo aquellas relacionadas con los procesos industriales de Fertiberia.
Futuro. A pesar de su carácter pionero, esta planta no tiene la intención de ser única por mucho tiempo. Iberdrola, la empresa detrás de esta iniciativa, tiene planes ambiciosos que involucran una inversión total de 2.000 millones de euros para alcanzar una capacidad de producción de 830 MW de hidrógeno verde para el año 2027. Nuevas plantas, como la proyectada para abastecer a Fertiberia en Palos de la Frontera, Huelva, están en el horizonte. Este plan contribuirá sustancialmente a la meta nacional de que el 25% del hidrógeno consumido en España sea de emisiones cero para 2030, generando empleos y contratos con empresas locales.
Cómo Funciona la Planta de Hidrógeno Verde de Iberdrola
La planta se basa en una serie de componentes interconectados:
- Planta fotovoltaica. Situada a pocos kilómetros, genera la energía renovable necesaria para producir hidrógeno verde. Utiliza tecnologías avanzadas, como paneles solares bifaciales y sistemas de inversores eficientes.
- Sistema de baterías. Almacena energía solar excedente para mantener la producción de hidrógeno durante la noche o en días nublados.
- Línea eléctrica subterránea: Conecta la planta fotovoltaica y la de producción de hidrógeno.
- Subestación y red de distribución: Reciben y distribuyen la energía hacia la planta de hidrógeno verde. El excedente puede canalizarse a la red para su comercialización.
- Planta de producción de hidrógeno verde: En el corazón de la instalación, un electrolizador de membrana de intercambio de protones (PEM) aprovecha la electricidad renovable para dividir el agua en hidrógeno y oxígeno. Se compone de 16 stacks con una capacidad total de 20 MW.
- Tanques de hidrógeno: Once tanques de almacenamiento garantizan un suministro estable de hidrógeno verde a Fertiberia.
España se enfrenta a un futuro emocionante y prometedor como motor mundial del hidrógeno verde y proyectos como el de Hydeal en Asturias o el de Iberdrola en Puertollano demuestra que la evolución del hidrógeno verde está, cada vez… menos verde.
El artículo Hidrógeno verde, ¿motor de cambio de la economía española… o bulo? aparece primero en Driving ECO.