Los entusiastas de los coches teledirigidos a menudo encuentran en los modelos a gasolina una opción interesante, frente a los típicos eléctricos. De hecho, se ha creado todo un mundo en torno a este tipo de vehículos a radio-control, generando incluso concentraciones y competiciones de esta categoría.
En este artículo nos adentraremos en este emocionante mundo de los coches teledirigidos a gasolina, detallando su funcionamiento, ventajas y desafíos, etc., desde la velocidad hasta la personalización, descubriremos qué hace que estos pequeños vehículos a gasolina sean tan atractivos para los aficionados.
¿Qué es un coche teledirigido?
Un coche teledirigido, de radiocontrol, RC, de control remoto, o como lo quieras llamar, es un vehículo que comenzó siendo un juguete para niños, una evolución de los coches con mando que tenían cable, para aportar mayor libertad de movimiento. Sin embargo, poco a poco fueron evolucionando hasta convertirse también en un objeto de deseo para los niños mayores. Gracias a un mando, puedes conducir el vehículo a largas distancias, dependiendo de las frecuencias y potencia de las antenas integradas. En el coche se tiene un receptor de la señal y cuyos comandos serán interpretados por un procesador que los transformará en movimientos de la dirección, aceleración, frenado, etc.
Los coches teledirigidos pueden ser clasificados de diversas formas, y en la actualidad puedes encontrar concentraciones realmente impresionantes de todo tipo de estos coches teledirigidos:
Tipo: pueden tener un motor eléctrico, basados en pilas o baterías, o también de combustión como los que nos centraremos aquí.
Escala: se refiere al tamaño con respecto a uno real. Las más habituales son 1/4, 1/6, 1/8, 1/10 y 1/16.
Tracción: pueden ejercer tracción con 2 ruedas (2WD) o con 4 (4WD), e incluso también hay algunos vehículos con orugas, o con más ejes y ruedas.
Categoría: en este caso pueden ser de pista (on-road) o todoterreno (off-road).