La Comisión Europea ha implementado una prohibición sobre la purpurina con microplásticos a partir del 17 de octubre de 2023, una medida que busca proteger el medio ambiente y la salud humana. Esta restricción, que forma parte de un plan más amplio contra la contaminación por microplásticos, afecta no solo a cosméticos sino también a una variedad de productos de consumo diario. Las partículas de purpurina, inferiores a cinco milímetros y resistentes a la biodegradación, representan un riesgo significativo para los ecosistemas y las cadenas alimentarias, acumulándose en los animales y llegando finalmente al ser humano. Este esfuerzo de la UE por combatir la contaminación microplástica resalta la urgencia de medidas similares a nivel global.
La prohibición como hito ambiental
Los microplásticos, definidos como partículas de polímeros sintéticos inferiores a cinco milímetros, son orgánicos, insolubles y altamente resistentes a la degradación. Se encuentran en una amplia gama de productos, desde cosméticos hasta detergentes y fertilizantes. Su prohibición afectará no solo a la purpurina en cosméticos, sino también a las microperlas exfoliantes y a otros materiales que liberan microplásticos durante su uso.
La medida se basa en la evidencia científica recopilada por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), que ha demostrado cómo estos microplásticos no se biodegradan y se acumulan en los ecosistemas, afectando tanto a animales como a humanos. Se estima que la liberación continua de microplásticos contribuye significativamente a la contaminación permanente de ecosistemas y cadenas alimentarias.
Manuel E. García Fernández, farmacéutico y experto en dermofarmacia, subraya que el problema de los microplásticos es primordialmente ambiental. Su insolubilidad y lenta degradación conllevan una acumulación en mares y una incorporación a la cadena trófica, lo que eventualmente lleva a su consumo por humanos a través de los alimentos.
Regulación y excepciones
La forma jurídica de esta restricción es un reglamento que modifica el anexo XVII del Reglamento REACH nº 1907/2006. Esta medida se enmarca dentro del Pacto Verde Europeo y el nuevo Plan de Acción para la Economía Circular, con el objetivo de reducir la contaminación por microplásticos en un 30 % para 2030.
Existen excepciones a esta prohibición. No se aplica a productos que contienen microplásticos pero no los liberan, o aquellos en los que se puede minimizar su liberación, como materiales de construcción y productos ya regulados por otra legislación de la UE, como medicamentos y alimentos. Sin embargo, estos productos deben notificar anualmente a la ECHA sus emisiones estimadas de microplásticos.
Reacción internacional y la necesidad de un esfuerzo global
La decisión de la UE ha generado un debate sobre la necesidad de un esfuerzo global para abordar el problema de los microplásticos. Julio Guinea, profesor de Derecho de la Unión Europea, enfatiza la necesidad de un tratado internacional liderado por la ONU para combatir eficazmente la contaminación por microplásticos a nivel mundial.
La implementación de la prohibición de microplásticos por parte de la UE presenta tanto un desafío como una oportunidad para la industria. Las restricciones se aplicarán en dos etapas, comenzando con la prohibición de la purpurina no adherente y otros materiales con microplásticos a partir del 17 de octubre de 2023. La flexibilidad en la implementación busca dar tiempo a las partes interesadas para adaptarse a las nuevas normas e identificar alternativas viables.
La Asociación Española de Ingredientes Cosméticos ha indicado que, aunque la prohibición comienza en octubre de 2023, se esperaba que la industria eliminara voluntariamente el uso de microplásticos en 2020. Ya en 2015, se comprometieron a reemplazar estas micropartículas en productos que se aclaran con exfoliantes naturales, y están trabajando en alternativas biodegradables y sostenibles para las fragancias encapsuladas.
El contexto global y los esfuerzos internacionales
A nivel mundial, los esfuerzos para combatir la contaminación por microplásticos varían considerablemente. En América Latina, países como Chile, Colombia, México, Panamá y Uruguay están legislando contra los plásticos de un solo uso. Argentina se destacó en 2020 al poner freno legislativo a los microplásticos en productos cosméticos y de higiene personal.
En Estados Unidos, la Ley de Aguas Libres de Microperlas de 2015 prohibió la fabricación y distribución de cosméticos y medicamentos de venta libre que contengan microperlas de plástico. Esta medida, centrada en preservar océanos, ríos y lagos, demuestra un enfoque más específico en comparación con la amplia prohibición de la UE.
Los riesgos a la salud humana y el medio ambiente
A pesar de que los microplásticos presentes en medicamentos, cosméticos o alimentos de fabricación controlada tienen una incidencia menor en nuestra salud, el riesgo alto se presenta cuando provienen del medio ambiente o alimentos naturales. La exposición a estos residuos y su impacto en la salud varía según el tiempo de exposición, la concentración y las circunstancias personales de cada individuo.
La prohibición de la UE es un paso importante en el camino hacia un futuro más sostenible, pero también destaca la importancia de acciones concertadas a nivel global. La Comisión Europea, en paralelo a la prohibición, está trabajando para reducir las emisiones de microplásticos procedentes de residuos plásticos y basura, y los que se escapan de manera accidental de la ropa y en la pérdida de granza o en la degradación de los neumáticos.
Imagen de Freepik
El artículo El final del ‘brilli brilli’: Europa restringe el uso de purpurina por su daño ecológico aparece primero en Driving ECO.