El Volvo XC60 es el modelo más vendido del fabricante sueco a nivel mundial, y las últimas actualizaciones le han sentado a las mil maravillas no solo estéticamente. En concreto, las versiones «de moda», los T6 y T8 con tecnología híbrida enchufable lanzados a mediados de 2020 aumentaron sustancialmente su potencia apenas año y medio después gracias a la adopción de un motor eléctrico más potente. Y también lo hizo su autonomía en modo eléctrico al dejar paso la batería inicial de 11,6 kWh de capacidad a una con 18,8 kWh.
Es lo que tiene esto de la electrificación, que te compras un coche híbrido enchufable o eléctrico… y a los pocos meses se te ha quedado desfasado porque aparece una evolución técnica mejor. Pero eso es otra historia.
Ahora, Volvo ha incorporado una serie de modificaciones estéticas a la gama de cara a 2024, reorganizando también los niveles de acabado y el equipamiento. Se mantienen las interesantes versiones B4 de gasolina y diésel, ambas con hibridación ligera Mild Hybrid de 48 voltios -y con etiqueta ECO de la DGT- y una potencia de 197 CV, aunque si quieres diésel tendrás que darte prisa: la marca anunció hace poco que dejará de comercializar motores diésel a principios del año que viene.
Por arriba quedan los mencionados XC60 PHEV con tecnología híbrida enchufable, de los que se ofrecen dos versiones: el T6, con 350 CV, y el T8, con 455 CV y asociado al acabado deportivo Polestar.
Tres niveles de equipamiento y nuevos Black Edition
Dejando a un lado el acabado Essential como variante de acceso a la gama, disponible únicamente para la versión B4 de gasolina, los tres niveles principales de equipamiento son Core, Plus y Ultimate. Y en el caso de los dos niveles superiores, Plus y Ultimate, para las versiones T6 PHEV es posible elegir entre dos nuevos acabados sin sobrecoste, denominados Bright o el Dark, que añaden acabados cromados o en color negro en la parrilla, los paragolpes, las barras de techo, los marcos de las ventanillas y los retrovisores, para una apariencia más elegante -Bright- o más deportiva -Dark-.
En el caso de los XC60 con motor de combustión solo se ofrece la segunda opción, el acabado Dark. También son novedad en la gama las versiones Black Edition Plus y Black Edition Ultimate, asociadas únicamente al XC60 T6 PHEV.
Desde el acabado Core son de serie elementos como el techo solar panorámico, las llantas de 18 pulgadas con neumáticos 235/60, el sistema de apertura de puertas y portón sin llave, la cámara trasera o los sensores de parking delanteros y traseros, faros full LED, sensores de lluvia y luces, sistema de calidad de aire Clean Zone o equipo multimedia con pantalla de 9″ y los servicios de Google Automotive.
Las versiones Plus tiene un sobreprecio de alrededor de 3.500 euros, y añaden a los Core y añaden asientos delanteros eléctricos con memoria y ajuste lumbar, sistema de iluminación interior, apoyabrazos central trasero con portavasos y llantas de 19 pulgadas, además de climatizador electrónico de dos zonas en los PHEV. Por encima queda el nivel Ultimate, ya con Head-up Display, Pilot Assist (control de crucero activo con asistencia a la dirección), sistema de sonido Harman Kardon de 600 W con 14 altavoces, faros adaptativos y llantas de 20 pulgadas con neumáticos 255/45.
Los precios de parten desde los 58.615 euros del B4 con motor de gasolina y desde 57.949 con el B4 Diésel en versión 4×2, que también se puede combinar con la tracción 4×4 por unos 2.300 euros adicionales. En el caso de las versiones PHEV, el T6 con acabado Core parte desde 67.300 euros, mientras que el T8 Polestar tiene un precio de 86.250 euros.
Gasolina, diésel o híbrido enchufable
Así las cosas, sobre el papel resulta difícil decidirse por las versiones PHEV. Son del orden de 10.000 euros de diferencia con los B4 gasolina y diésel, unos 7.000 si tomamos como referencia el B4 diésel 4×4, por aquello de igualar en lo posible también en el apartado de transmisión, ya que los PHEV cuentan con tracción total.
Pero si lo analizas bien, los PHEV tienen el valor añadido de la etiqueta CERO emisiones de la DGT y, desde la última actualización, ofrecen una autonomía en modo eléctrico razonable como para realizar los trayectos a diario sin consumir combustible, con las ventajas asociadas a la conducción eléctrica en cuanto a suavidad, ruido… También está ahí la diferencia en potencia y prestaciones, que todo hay que valorarlo; aunque ya te digo yo que los 197 CV de los B4 «térmicos» cunden de maravilla.
Aquí puedes leer la prueba a fondo que realizamos con el XC60 T6 PHEV, todavía sin estos últimos cambios estéticos, pero perfectamente válida en cuanto a sensaciones de conducción, consumos, autonomía, etc. Sensaciones que volvemos a confirmar tras una nueva toma de contacto con la nueva gama por carreteras asturianas y en condiciones de lluvia intensa, a las que añadiría un matiz: las llantas de 20″ de las versiones Ultimate otorgan al coche un aspecto imponente, pero yo «huiría» de los neumáticos que llevan asociados, con demasiada anchura y, sobre todo, un perfil muy bajo, lo que altera el buen equilibrio dinámico del XC60 con los neumáticos de las versiones Core o Ultimate.
En cuanto a los dos PHEV, la versión lógica es el T6. Sus 350 CV dan mucho juego incluso si quieres conducir deprisa, aunque seguiremos estando ante un SUV claramente enfocado hacia el confort de marcha. Cierto que en el T8 Polestar se deja notar la suspensión con amortiguadores Öhlins de ajuste específico, pero tampoco estamos ante un SUV que por sensaciones al volante podamos calificar de deportivo, sin olvidarnos de que el T8 Polestar son casi 8.000 euros más que el T6 más caro, el Black Edition Ultimate.
¿Mi elección si tuviera que quedarme con uno? El B4 diésel en caso de utilizar el coche principalmente para viajar por autopista y, si alcanza el presupuesto, el T6 PHEV para los que pueden recargar la batería a diario y sacar partido a la tecnología híbrida enchufable. Y a ser posible, en versión Plus -o Ultimate- y con acabado Dark, aunque para gustos se hicieron los colores.