DragonTT es una pequeña empresa española de diseño e ingeniería con sede en Illescas (Toledo) fundada hace más de 25 años, inicialmente especializada en preparaciones de motocicletas, aunque en la actualidad desarrolla proyectos para sectores como la automoción, la simulación aeronáutica o la náutica, entre otros. Su historia, sobre todo en los inicios, guarda un gran paralelismo con algunas grandes compañías que te sonará, con unos inicios en los que unos cuantos amigos con poco presupuesto pero sobrados de pasión hacen realidad su sueño en un pequeño garage, construyendo la primera Dragon TT y demostrando que se puede diseñar y fabricar una motocicleta espectacular, capaz de enfrentarse a las mejores, sin ir a golpe de talonario.
Desde aquel primer prototipo, los proyectos de DragonTT han dado la vuelta al mundo: modelos de serie, preparaciones basadas en vehículos -motos y coches- de producción, series limitadas… Incluso han colaborado con compañías cinematográficas para crear coches «de película», nunca mejor dicho. Y ahora, DragonTT presenta su nueva creación: el proyecto Oxymoron, desarrollado y fabricado en España, y ya en su fase final de desarrollo. Pronto tendremos más noticias, pero ahora vamos a conocer un poco más sobre Oxymoron, una término que, por cierto, tiene un significado que le viene que ni pintado al prototipo, pues describe palabras o frases que crean paradojas o contradicciones, y podría definirse literalmente como «contrasentido».
Tiene cuatro ruedas pero no es un coche; y manillar, pero no es una moto
Efectivamente, aunque parezca un contrasentido, el Oxymoron tiene cuatro ruedas pero no es un coche. Y en su puesto de mando no hay un volante sino un manillar, pero sus creadores insisten en que tampoco es una moto, aunque no cabe duda de que si hay que llamarlo de alguna manera, está mucho más cerca de una «moto de cuatro ruedas» que de un coche.
Lo que del Oxymoron un vehículo muy singular es su concepto de suspensiones. Ya hemos visto motocicletas de tres ruedas con dos ruedas en el eje delantero que además de girar se inclinan al mover el manillar. Pues bien, en el Oxymoron su patentado sistema de suspensión permite la inclinación de las cuatro ruedas, lo que debería traducirse en una seguridad y en un paso por curva sin precedentes para un vehículo de este tipo, con 2,49 metros de longitud, una distancia entre ejes de 1,7 metros y una anchura de 1,55 metros.
El peso total del prototipo, equipado con un motor de combustión que rinde una potencia de 125 CV, es de 360 kg. Y entre sus características técnicas, más allá de las suspensiones, destaca su chasis fabricado en duraluminio espacial, la carrocería de carbono, la pantalla táctil para la instrumentación con conectividad, sistema de audio y navegador y, sobre todo, su concepto «modular». Según sus creadores, el Oxymoron está preparado para albergar diferentes tipos de sistemas de propulsión, desde motores de combustión convencionales a propulsores eléctricos o de hidrógeno.
Desde aquí, me gustaría desear mucha suerte del mundo al equipo de Dragon TT, con el CEO y fundador Emilio López-Cano a la cabeza, y Sergio Merinero (Otomotorcycles/Dragon TT) en el desarrollo del proyecto Oxymoron, en el que también ha tomado parte Elena Calleja (piloto de pruebas), Cortés Art-Studio (audiovisual), La TorreMónica (marketing y comunicación y Jesús Rosado Hidalgo (DTT).
Todo el apoyo a empresas españolas valientes e innovadoras como DragonTT es poco, y sirva este artículo como nuestro particular «granito de arena». Ojalá Oxymoron se materialice pronto en un vehículo de producción… ¡y nosotros podamos ser de los primeros en probarlo y contaros cómo va!
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