Cuando llega el invierno, hay varias cosas a tener en cuenta. Las bajas temperaturas no son buenas aliadas de los vehículos, ni de los que utilizanla combustión interna, ni la de los coches eléctricos. Si hay temperaturas bajo cero, se complican operaciones que suelen ser muy sencillas y que en cualquier otra situación son fáciles de realizar. En el caso de los coches eléctricos, la carga se convierte en algo complicado y puede resultar más larga de lo esperado.
A bajas temperaturas, las baterías no tienen el suficiente calor para realizar la carga en condiciones óptimas y esto provoca que se tarde mucho más tiempo del previsto. El calor se obtiene del uso de la energía eléctrica, así que parte de la que llega a través del puerto de carga se utiliza para ello. Pero en funcionamiento, también provoca que la batería se descargue antes y en consecuencia disminuya la autonomía.
Pero ¿qué modelos son los que acusan con más intensidad este problema? En Estados Unidos se ha realizado un estudio, por parte de la empresa Recurent. En este estudio se han controlado 10.000 vehículos eléctricos de 18 modelos diferentes. Estos son vehículos que tienen instalados dispositivos de control de uso de la energía almacenada en la batería.
Estos datos se aplican sobre diferentes variables, como el tipo de suelo por el que se circula, un rango de velocidad variable, el envejecimiento de las baterías y otros. En el resultado se muestra la media de autonomía prevista en cada modelo una vez aplicadas estas variabales.
Entre estos modelos, se determinó que el que menos batería consumió y en consecuencia, mayor autonomía presenta en condiciones de temperaturas bajo 0 es el Audi e-tron. Este presentó una pérdida de menos del 16%. En el lado contrario, está el Volkswagen ID.4, ya que la pérdida fue de alrededor del 46%. En la mitad de la tabla se sitúan los modelos de Tesla, que pierden alrededor del 24% de la capacidad de la batería.
Condiciones que hacen peligrar la autonomía del coche eléctrico en invierno
Estas cifras se pueden explicar por motivos bastante comunes. Por ejemplo, la climatización del habitáculo. En los coches con motor térmico, se aprovecha el calor residual, pero en los coches eléctricos, esto se produce por la acción de la batería, que activa la calefacción.
Esto provoca que la batería consuma más energía para mantener la temperatura. Una manera de evitar esto es climatizar el coche durante el proceso de carga, ya que de esa manera, puede tardar un poco más en cargar, pero una vez desconectado de la red, el coche no tendrá que utilizar la energía de la batería.
En el momento de ir hacia un puesto de carga, es conveniente hacerlo a través del navegador. De esta manera, el coche sabrá que se está dirigiendo hacia uno y podrá comenzar a preparar la batería, calentándola y haciendo que se gane tiempo a la hora de cargar bajo el frío.