Isotta Fraschini, una firma italiana de automóviles de lujo, intentó un renacimiento en los años 90 con los conceptuales T8 y T12, pero no tuvo éxito. A pesar de haber sido una firma con una gran historia detrás, como tantos otros fabricantes, como el caso de Hispano Suiza en España, no le fue fácil la vuelta. Sin embargo, en 2022, la marca anunció su regreso con planes para competir en el WEC y lanzar un Hypercar de carretera.
Para los que no la conozcan, la marca, que se había dedicado a la fabricación de trolebuses y motores diésel durante más de 30 años, se separó de Breda Motori en los años 80 y fue absorbida por Fincantieri, un importante fabricante italiano de buques mercantes. Isotta Fraschini se dividió en dos ramas, una dedicada a los motores y otra, Isotta Fraschini Milano, centrada en los coches de lujo.
En los años 90, el emprendedor Giuliano Malvino intentó relanzar la marca, contratando al diseñador Tom Tjaarda para crear el T8, un roadster presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1996. A pesar de las críticas positivas, el T8 nunca pasó de la fase de prototipo. En 1999, Isotta Fraschini presentó otro modelo conceptual, el T12, pero tampoco tuvo éxito y la marca cesó sus actividades automovilísticas para centrarse en la fabricación de bienes de lujo y motores marinos.
En 2022, la marca anunció su regreso con planes para competir en el WEC con un coche equipado con un motor V6 biturbo de 700 caballos y un motor eléctrico que se enfrentaría al resto de equipos en este mundial de resistencia tan conocido. Pero eso no es todo, también planean lanzar una versión de calle del coche, el Tipo 6 Strada, con 1.000 caballos y un precio superior a los tres millones de euros.