Nacido en 1979 el Clase G de Mercedes-Benz se ha logrado situar con el paso de los años como uno de los todoterrenos más robustos y deseados del mercado, aunque eso no quita que a pesar de conservar su aspecto rudo se haya modernizado quizás demasiado como para ser considerado solo un 4×4. Desde hace un tiempo es un modelo apto solo para cierto bolsillos pero sigue más vivo que nunca, especialmente su versión más potente que no deja de lado su bloque V8.
Mercedes-Benz se ha hecho de rogar a la hora de presentar en sociedad al nuevo Clase G pero finalmente está aquí y aunque se trata de una línea continuista los cambios son visibles. Podemos observar si comenzamos con su frontal un nuevo diseño para la parrilla delantera que ahora cuenta con cuatro lamas horizontales en vez de tres, además de que ambos parachoques son también de nueva factura siendo más visible en el delantero, el cual ahora incorpora unas entradas de aire a los laterales que crecen en tamaño.
Si nos vamos a la versión más deportiva y radical, el Mercedes-AMG G 63, también cuenta con rasgos únicos y uno de ellos se encuentra en las entradas de aire del parachoques delantero anteriormente mencionadas, en las que se añaden tres lamas verticales que mejoran la canalización del aire hacía su potente motor. Otros detalles específicos de esta versión son los faros Multibeam LED equipados de serie, inserciones en acero inoxidable así como elementos de diseño en negro, pinzas de freno plateadas o llantas que pueden ir desde las 20 hasta las 22 pulgadas de tamaño frente a las del resto de versiones, que van desde las 18 hasta las 20 pulgadas.
Centrándonos ahora en el interior del Mercedes-Benz Clase G las diferencias de diseño serán mínimas con cambios centrados en elementos como las salidas de aire laterales, que adopta forma similar a los faros delanteros y pueden contar con iluminación; otros como el volante multifunción de última generación con superficies de control táctiles y tapizado en cuero Nappa o los interruptores del bloqueo de diferencial del centro de control todoterreno. Y es que la consola central y el puesto del conductor el centro de todo sigue siendo el sistema MBUX con sendas pantallas de 12,3 pulgadas actualizado a la última versión.
Con la línea Exclusive pueden aumentar el bienestar interior con tapizados ampliados y un equipamiento que apuesta por la tecnología como el sistema de sonido envolvente Burmester 3D. En cambio, con la línea Superior el interior puede ser todavía más lujoso gracias a nuevos diseño de tapicería y elementos como el paquete de asientos Active Multicontour Seat Plus. Obviamente a parte de los paquetes disponibles tendremos una amplía variedad de equipamiento opcional y muy importante, una mayor capacidad de personalización gracias a Manufaktur con sus materiales, combinaciones de colores y accesorios.
En lo que se refiere a la parte mecánica, el nuevo Mercedes-Benz Clase G ofrecerá un menor consumo gracias a la tecnología mild-hybrid de 48 V para todas las variantes disponibles que Mercedes denomina ISG. La gama está compuesta así en primer lugar por el G 450 d, un bloque diésel de 3.000 CC que genera una potencia de 367 CV y un par motor de 750 Nm; mientras que por otro lado tendremos el G 500 de gasolina, también de 3.000 CC y con una potencia de 449 CV y un par motor de 560 Nm. Ambos tendrá un extra de 20 CV y 200 Nm gracias al sistema ISG, además de estar conectados a una transmisión automática con convertidor de par 9G Tronic de nueve velocidades.
En un escalón superior se encuentra el descomunal Mercedes-AMG G 63, el cual monta un bloque gasolina V8 biturbo con el que rinde 585 CV junto con un par motor de 850 Nm, cifras que aumentan en 20 CV y 200 Nm también gracias al sistema ISG. Con estas características, esta mole 4×4 es capaz de acelerar hasta los 100 km/h en solo 4,4 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 220 km/h, aunque si montamos el paquete AMG Perfomance la aceleración pasa a ser 4,3 segundos y la velocidad máxima de 240 km/h.
A pesar de estas cifras de auténtico superdeportivo el Mercedes-Benz Clase G no olvida su condición de 4×4 y nos otorga con su caja de transferencia con reductora, la cual nos permitirá tener una tracción mayor en función de la dificultad del terreno gracias a sus modos de bloqueos de los diferenciales delantero y trasero, además de que si cuenta con el paquete AMG Offroad Pro se añaden dos modos de conducción todoterreno adicionales. El G 63 va un poco más allá al contar de serie con el AMG Active Ride Control que ya hemos visto en otros modelos deportivos de la marca.
En lo que se refiere a su disponibilidad, equipamiento en concreto y precio para el mercado español todavía tendremos que esperar aunque para hacernos una idea Mercedes-Benz ya ha confirmado que en Alemania tendrá un precio de salida de 122.808 euros.
