Con la intención probablemente de acercar la autonomía del EQS a la de los modelos de alta gama con motor de combustión de la marca, el fabricante alemán ha estado estudiando la posibilidad de integrar un pequeño motor de combustión en su berlina eléctrica de lujo. Como en otros vehículos que integran esta misma tecnología, el motor de 1.0 litros de gasolina turboalimentado que Mercedes-Benz quería integrar en el EQS no estaba destinado a mover las ruedas, sino a incrementar la cantidad de energía en la batería para poder recorrer así más kilómetros. En definitiva, entraba dentro de la descripción actual de lo que se entiende por un extensor de autonomía.
Aunque sobre el papel el contar con un extensor de autonomía parece una buena idea, especialmente para aquellos conductores que quieren llegar muy lejos con su vehículo, en Mercedes-Benz parecen haber llegado a la conclusión de que realmente no merece la pena. Eso es al menos lo que sugiere un reciente reporte según el cuál el fabricante alemán habría suspendido las pruebas que estaba realizando con el prototipo de un EQS que integraba un extensor de autonomía.
Según este mismo reporte, los ingenieros de Mercedes-Benz consideran ahora que los extensores de autonomía no son más que una tecnología de transición hacia la movilidad totalmente eléctrica. Esto es así ya que son excesivamente caros, mientras que aportan una ventaja muy limitada. Puede tener sentido integrar uno de estos extensores de autonomía cuando la capacidad de las baterías es limitada, pero no a día de hoy en un vehículo de gama alta que ofrece una de las mayores autonomías del mercado empleando únicamente la energía almacenada en las baterías.
La complejidad que supone integrar un extensor de autonomía aporta más desventajas que ventajas
El prototipo del EQS equipado con un extensor de autonomía con el que los ingenieros de Mercedes-Benz estuvieron haciendo pruebas, integraba al parecer un propulsor a gasolina de tan solo dos cilindros, con un sistema para la expulsión de los gases generados integrado en el frontal del vehículo. Este sistema disponía además de un pequeño deposito en el que almacenar el combustible. No es extraño, por tanto, que con todos estos componentes el peso del vehículo se incrementase notablemente.
Uno de los motivos por los que Mercedes-Benz habría abandonado este proyecto es el precio. Integrar todos estos componentes adicionales no supondría solo un incremento de peso del vehículo, sino también del coste de su producción. Incrementar el precio de venta al público de un hipotético EQS con extensor de autonomía en un vehículo que ya cuesta más de 100 mil euros no parece, desde luego, una buena idea.
De este modo, aunque bien es cierto que no se puede descartar que Mercedes-Benz no pueda recuperar algún día este proyecto, todo parece indicar que no veremos ni pronto ni tarde un EQS con extensor de autonomía.