El pistón es una pieza fundamental del corazón del motor. Se encarga de absorber la energía generada en el cilindro tras la combustión del combustible y moverse de forma lineal. Junto con el resto de los pistones y gracias a unas bielas y el cigüeñal, pueden transformar este movimiento alternativo en un movimiento de rotación para transmitir a las ruedas. Este pistón debe desplazarse como un émbolo en una jeringa, garantizando la estanqueidad, y para ello tiene unos aros, los aros de pistón.
Estos elementos son más importantes de lo que la gente piensa, ya que no solo deben ser suficientemente blandos como para reducir la fricción con las paredes del cilindro, sino también suficientemente resistentes como para resistir las altas temperaturas y presiones, así como garantizar que no se pierda la compresión.
Como sabrás, el pistón consta de:
Una cabeza, que es la parte superior, con una forma que no es plana como muchos piensan, sino que se esculpe de tal forma que beneficie al rendimiento.
También consta de una zona de landas en la parte vertical, donde se encuentran las ranuras de compresión, y es precisamente en esas ranuras donde se colocan los aros de pistón para sellar la cámara de combustión.
Además, hay una ranura de control de aceite donde se inserta otro aro rascador de aceite para controlar la lubricación.
Así como el barreno o agujero central del pistón donde se aloja el perno de la biela. Este perno tiene una placa inbar, que es antidilatante y protege al barreno del calor para que gire bien, y también un faldón de protección en la parte inferior del pistón el perno y la biela.
Aquí me centraré únicamente en los aros de pistón…
¿Qué son los aros de pistón?
Los aros de pistón son componentes cruciales en el motor, encargados de sellar la cámara de combustión