Antes ya traté el tema del aceite lubricante, ahora le toca el turno al líquido de frenos. A menudo ignorado y subestimado, frente al anticongelante o refrigerante y al lubricante, pero que no hay que olvidar que es un componente crucial del sistema de frenado de tu vehículo, por tanto, para la seguridad.
Este fluido hidráulico juega un papel fundamental en la transmisión de la fuerza aplicada por el conductor al pedal del freno hacia las pastillas, deteniendo el vehículo de manera segura y eficiente. El sistema depende del sistema hidráulico, y aquí podrás aprender un poco más sobre él…
¿Qué es el líquido de frenos?
El líquido de frenos es un fluido sintético o mineral que se utiliza en el sistema hidráulico de frenos de un vehículo. Su función principal es transmitir la fuerza aplicada por el conductor al pedal del freno a las pastillas de freno, creando la fricción necesaria para detener las ruedas y el vehículo.
Su funcionamiento es sencillo:
Cuando el conductor pisa el pedal del freno, se empuja un pistón en el cilindro maestro del freno, se aplica presión al circuito del líquido de frenos.
El líquido de frenos, incompresible en la práctica, por tanto, al ser presionado, transmite esta presión a través de los conductos de freno hasta los cilindros de cada rueda.
La presión del líquido empuja los pistones en los cilindros, y estos mueven las pastillas contra ambos lados del disco de freno.
La fricción o rozamiento entre las pastillas y los discos, genera la fuerza necesaria para detener las ruedas y el vehículo.
¿De qué está hecho el líquido de frenos?
El líquido de frenos está compuesto por diferentes componentes esenciales. Por un lado tiene una base, que es un líquido sintético o de origen mineral. Estos líquidos ofrecen mayor rendimiento, resistencia a las temperaturas, son más baratos, y no se