Mercedes-Benz le ha pegado un buen repaso a su Clase V y a la versión eléctrica, el EQV, las furgonetas de pasajeros de la marca de la estrella que, cada vez, son menos furgoneta y más monovolumen. De hecho, la marca ya anunció hace unos meses que su estrategia para centrarse aún más en el lujo en sus futuros monovolúmenes, e incluso apuntar a un enfoque «premium» también para su gama de furgonetas comerciales, aplicando los estándares en confort, seguridad, diseño y acabados que utiliza en sus turismos.
Los cambios en el diseño de la nueva Clase V
No son muchos, pero los retoques aplicados sí consiguen que se note que estamos ante una nueva edición del modelo, que conserva inalteradas las dimensiones. Lo más destacado es la nueva parrilla, con diferentes acabados en función de la versión de equipamiento; en algunas versiones la rejilla incluso incorpora una banda de luz LED. También es novedad, aunque únicamente para el acabado superior Exclusive, la colocación por primera vez de la estrella vertical en el capó, al más puro estilo de los turismos. En las versiones más equipadas los faros LED pasan a ser los Multibeam adaptativos.
También son nuevos los grupos ópticos traseros, además de incorporar una moldura cromada con la inscripción de la marca. Y como suele ser habitual en este tipo de actualizaciones, se incorporan a la gama nuevos diseños para las llantas -que van de 17 a 19 pulgadas- y, en este caso, cuatro colores nuevos en la oferta de pinturas para la carrocería -en total hay doce disponibles-, siempre con los paragolpes y los espejos retrovisores del mismo color que el resto del vehículo. Además de las diferencias estéticas asociadas a cada uno de los acabados, básico, Style, Avantgarde y Exclusive, la línea AMG Line y el paquete Night añaden más posibilidades de personalización.
Los cambios son mucho más profundos de puertas hacia dentro, con un rediseño total del salpicadero. Y mira que el anterior me gustaba… pero si lo que querían en Mercedes-Benz es que a bordo de un Clase V, tanto en conductor como los pasajeros tuvieran la misma sensación que estar en uno de los turismos de la marca, lo han conseguido. El diseño es ahora mucho más horizontal y transmite una sensación muy digital y de altísima calidad. La pantalla multimedia ahora no es un «añadido» sobre el salpicadero, sino que se coloca a continuación de la pantalla de la instrumentación bajo una cubierta de vidrio, de forma que parece una pantalla única. Cada una de ellas tiene 12,3 pulgadas y una resolución de 1.920 x 720 píxeles.
Nuevas funciones para un mayor confort y seguridad
También son nuevos el volante multifunción con botones táctiles y capacitivos -lo siento, me siguen gustando más los de pulsar y girar, los de toda la vida-, los asientos de confort, el sistema de arranque por botón sin necesidad de utilizar la llave, el cargador inalámbrico para el móvil y el sistema de iluminación ambiental con hasta 64 colores para elegir. Lo único que no me ha gustado del nuevo diseño del salpicadero es que la instrumentación y la pantalla multimedia quedan en una posición muy baja, y obligan a «enfocar» continuamente al consultar la instrumentación, ya que no puedes mirarla de reojo, hay que apartar sí o sí la vista de la carretera.
El sistema multimedia es el MBUX de la marca, con asistente de voz «Hey Mercedes» de serie, siete perfiles de usuario que pueden sincronizarse desde la nube con la cuenta Mercedes me y la app Mercedes me App, todo tipo de servicios digitales, navegación con realidad aumentada opcional y el control de confort ENERGIZING, también disponible por primera vez para la Clase V y el EQV, que permite agrupar el funcionamiento de la climatización, la música y la iluminación ambiental en función de las preferencias de cada usuario en ese momento. Lo dicho: como en los turismos de la marca.
Otras funciones interesantes que mejoran el confort son el modo «lavado del coche» en el MBUX, que cierra las ventanillas y desactiva los limpiaparabrisas y los sensores de parking. O el modo de visualización del espacio libre, que muestra en la pantalla una zona sombreada en la que se podría abrir con seguridad las puertas traseras o el portón.
En cuanto a los sistemas de seguridad, hay algunos nuevos y otros mejorados, completando una dotación en la que no se echa en falta absolutamente de nada. De serie, la Clase V y el EQV incluyen el asistente activo de distancia DISTRONIC, asistente de luces, asistente de frenado activo con función de tráfico cruzado, asistente de punto ciego, asistente activo de mantenimiento de carril, paquete de aparcamiento con cámara de marcha atrás y once airbags. Como parte de un paquete opcional de asistentes, el DISTRONIC puede contar con funciones adicionales como el ajuste de la velocidad basado en rutas y el reinicio tras la detención en atascos. El asistente de dirección activo, por su parte, ayuda a mantener el vehículo en el centro del carril, mejorando el confort en viajes largos por autopista. También hay un nuevo paquete de aparcamiento con cámara de 360 grados.
Los turbodiésel de siempre… y un nuevo motor de gasolina con etiqueta ECO
No hay novedades en los motores turbodiésel de la Clase V, con el fiable bloque de 4 cilindros y 2 litros, que se mantiene con tres variantes de potencia: 120 kW (163 CV), 140 kW (190 CV) y 174 kW (237 CV), todos ellos con el cambio automático 9G-TRONIC y posibilidad de tracción total de forma opcional. Con el motor más potente, que es el que pudimos probar en la toma de contacto, el Clase V es un auténtico devorador de kilómetros. Resulta sorprendente la facilidad con la que mueve el coche con dos personas a bordo. Aunque por lo que conocemos de la generación anterior, me atrevo a recomendar incluso la versión intermedia aunque se vaya a utilizar el vehículo cargado, se trata de un motor con una magnífica relación entre prestaciones y consumo.
Una novedad interesante en la gama, que llegará un poco más adelante, es el motor de gasolina de 2 litros con 179 kW (231 CV) y sistema de hibridación ligera, que aporta la etiqueta ECO de la DGT. Eso sí, homologa unos consumos provisionales claramente superiores a los de los turbodiésel, y en utilización real fácilmente estaremos en torno a 3 l/1oo km de media por encima. Por mucho que hay quien se empeñe en borrarlos del mapa, los diésel siguen siendo la mejor opción para un coche de este tamaño, peso y aerodinámica.
Por supuesto, todos los cambios en cuanto a diseño, multimedia, confort, equipamiento, etc, se aplican también a la versión eléctrica de la Clase V, el Mercedes-Benz EQV. Aquí tampoco hay modificaciones en cuanto a la potencia o la capacidad de las baterías: el motor rinde 150 kW (204 CV) y se puede elegir entre dos opciones, con 60 kWh o con 90 kWh, ambas disponibles con las variantes de carrocería Larga y Extralarga. Con los motores de combustión también se puede elegir la versión corta o compacta, aunque el 80% de las ventas de la Clase V son de la versión Larga. Una gestión térmica optimizada, tanto del motor como de la batería, mejora la eficiencia, y permite anunciar autonomías de hasta 365 km, en el caso más favorable.
Los precios del Mercedes-Benz Clase V parten desde 74.869 euros para el 220 d con acabado básico y carrocería compacta, desde 77.316 euros con el motor 250 d, y desde 84.064 euros para el 300 d, que en este caso parte desde el acabado Style. El V3 3» de gasolina con carrocería larga y acabado base cuesta 82.102 euros. La versión más cara y lujosa, el Clase V con acabado Exclusive, carrocería extralarga y motor 300 d se va hasta los 113.070 euros, y se convierte en el vehículo más caro de los que se fabrican en España.
Para el EQV, el precio de la versión 250 Larga es de 89.014 euros, y de 89.928 euros para la versión con carrocería Extralarga. El EQV 300 con la batería de mayor capacidad, disponible con carrocería larga, tiene un precio de 96.658 euros.
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