Seguro que habrás escuchado alguna vez algo sobre una bujía perlada, o perlita en la bujía. Otro término como el de la carbonilla, etc., que a veces dicen los mecánicos o entendidos y que nos desconciertan al resto. Pues bien, si aún no sabes qué es, aquí te enseñaré qué es y por qué se produce, entre otras cosas, por si no lo sabías aún.
Así poco a poco vamos aprendiendo más y más cosas de mecánica, y no pienses que es tarde para aprender sobre bujías, ya que los coches de combustión seguirán acompañándonos por años…
Como sabrás, una bujía es un componente fundamental en el motor de combustión interna de un vehículo en el caso de los de ciclo Otto, es decir, de gasolina. Su función principal es generar la chispa eléctrica que enciende la mezcla de aire y combustible dentro de cada cilindro. Para que esto sea posible, la bujía consta de diferentes partes que es importante conocer antes de pasar al tema de la perla:
Terminal: es la conexión metálica en la parte superior de la bujía que recibe la corriente eléctrica desde el sistema de encendido del vehículo.
Aislador: está fabricado en cerámica (alúmina u óxido de aluminio, silicato de zicronio,…) u otro material aislante de alta calidad y se encarga de aislar eléctricamente el terminal del resto de la bujía. Además, debe soportar altas temperaturas.
Electrodo central: es una varilla metálica que se encuentra en el centro de la bujía y está conectado al terminal. El extremo del electrodo central tiene una punta fina donde se genera la chispa. Suele fabricarse en níquel, platino, iridio o cromo. Estos metales son conductores y muy resistentes a la corrosión, lo cual es importante para estar expuestos dentro del cilindro.
Electrodo de masa: es una varilla metálica curvada que rodea al electrodo central