Hemos hablado varias veces sobre la seguridad y el hacking de los coches conectados, y los riesgos que pueden suponer. Además de eso, ahora, con la llegada de los modelos que están circulando y pasado un tiempo de pruebas, se ha visto que los riesgos para la privacidad y el anonimato puede ser incluso peor de lo que se pensaba.
Hemos pasado de tener un vehículo que nos llevaba de un lugar a otro, a un espía con ruedas, además de vulnerable a posibles ataques cibernéticos… ¿Smart Car o Stupid Driver? Creo que es tiempo de reflexión.
Recopilación de datos desmesurada
Mozilla, la compañía del navegador Firefox, entre otros proyectos, ha realizado estudios de 25 marcas de automóviles y los resultados fueron bastante preocupantes, ya que reveló que todas son culpables de recopilar datos en exceso. Ninguna parece limitarse a la información estrictamente necesaria para operar tu vehículo y mantenerte informado. De hecho, los sistemas de vehículos están entre los que más telemetría reportan al fabricante, incluso por encima de algunas apps que ya de por sí son excesivas, como las de salud mental.
Las compañías de coches conectados tienen una ventaja única en lo que respecta a la recopilación de datos. A diferencia de la mayoría de las aplicaciones o incluso los dispositivos inteligentes para el hogar, tienen acceso directo a una gran cantidad de información personal:
Rastrean cómo interactúas con tu automóvil.
Los servicios conectados que utilizas.
La información a la que accedes a través de la aplicación del automóvil.
También pueden obtener datos de fuentes de terceros como Sirius XM o Google Maps, creando una imagen compleja de tus hábitos y preferencias.
Es decir, no solo se envían datos del propio vehículo, sino también del usuario o usuarios, de dónde vas, cuándo, etc.
¿Quién puede ver estos datos?
Que las compañías de coches almacenen nuestros datos ya es