Es verano y estamos sufriendo varias olas de calor que nos traen temperaturas muy elevadas. Esto representa un riesgo bastante elevado cuando nos ponemos al volante y tenemos que pasar un buen rato al volante. Pero podemos tomar varias precauciones a la hora de comenzar el viaje o simplemente, cuando tengamos que conducir en momentos en los que el calor aprieta y es complicado mantener una temperatura agradable en el interior del coche.
Al entrar en el coche cuando hace tanto calor, hay que reducir la temperatura del interior. Así que es aconsejable dejar la puerta abierta unos minutos, para que salga el aire caliente. Es conveniente bajar las ventanillas para que haya corriente de aire y se renueve el aire del interior. En pocos segundos, la temperatura bajará bastante.
Antes de poner en marcha el aire acondicionado, es mejor mantener las ventanillas bajadas y circular unos minutos. De esta manera, el paso del aire permitirá que se reduzca la temperatura un poco más. Cuando se lleve unos minutos circulando, ya se puede activar el aire acondicionado o el climatizador. Esto permitirá que al tener una temperatura algo menor en el habitáculo, se podrá disfrutar de una conducción más agradable y se evitará el calor del exterior.
La temperatura a la que se ha de colocar el aire acondicionado es algo muy personal. Pero aún así, se aconseja que se ajuste a una temperatura no inferior a los 22 grados. Esto hará que se conduzca más fresco, pero no habrá una gran diferencia con la temperatura exterior.
Antes de coger el coche hay que hidratarse bien. Es importante mantener la hidratación, pero también hay que recordar que no se puede beber conduciendo, por el riesgo que supone dejar de prestar la atención a la carretera. Así que hay que prestar atención a esta cuestión y organizar el viaje por carretera programando las paradas adecuadas para poder comer y beber sin riesgo.
La ropa es importante, así que se debe vestir de manera cómoda y con un calzado adecuado. No se puede conducir sin camiseta y con calzado suelto, como las chanclas. En el primer caso, se pueden producir roces y quemaduras producidas por el cinturón de seguridad que dificulten la conducción. Las chanclas pueden provocar un riesgo, ya que se trata de un calzado que puede provocar situaciones de riesgo mientras se conduce.
A la hora de aparcar, hay que buscar un sitio donde haya sombra. Como esta varía a lo largo del día, hay que tener en cuenta que puede estar a la sombra por la mañana y durante la tarde estar varias horas al sol. Un parasol en la parte delantera puede hacer que la temperatura suba algo menos que si se deja que le de el sol de manera directa. Si se puede poner un segundo parasol en la parte trasera, ayudará a reducir el efecto del sol en el habitáculo.
Si se puede, es mejor dejarlo bajo techo, tanto en un garaje como en un aparcamiento al aire libre, pero con techado. Con todos estos consejos, no te vas a librar del calor, claro, pero vas a poder reducir sus efectos para disfrutar mejor del coche durante el verano.