Conducir el BYD Seal U me ha permitido confirmar lo que era fácil de adelantar sobre el papel, analizando sus características técnicas y su precio: estamos ante uno de los mejores SUV eléctricos de su categoría. Una tónica que se repite, pues raro es el modelo que presenta BYD del que no se puede decir lo mismo en cada segmento en el que compite; y van unos cuantos. Pero el Seal U destaca aún más entre sus rivales de lo que pueden hacerlo, por ejemplo, el BYD Atto 3 o el BYD Dolphin.
En concreto, voy a darte las tres razones principales por las que el BYD Seal U me parece una «compra maestra» si buscas un SUV de planteamiento familiar que pueda servir como único coche incluso para viajar, y tienes claro que quieres un eléctrico… o tienes dudas y todavía no te decides a dar el salto.
1.- Precio y equipamiento: el mejor de su clase
Con sus casi 4,8 metros de longitud, el BYD Seal U compite de lleno en el segmento de los SUV medios, donde la oferta no puede ser más numerosa. Si nos ceñimos a otros modelos únicamente con propulsión eléctrica, algunos de sus rivales son el Skoda Enyaq, el Toyota bZ4X, el Peugeot E-5008, el Ford Mustang Mach-E o el Tesla Model Y. Frente a todos ellos, el Seal U es el más asequible. Y como veremos más adelante, sin renunciar ni a prestaciones ni a equipamiento.
Pero una vez que el precio y la autonomía ya lo permiten, como es el caso de este BYD Seal U, empezamos a considerar a los modelos eléctricos también como una alternativa a los coches con motor de combustión -o con tecnología híbrida, sea o no enchufable-, el SUV de BYD también es una alternativa a coches como el Kia Sportage, el Ford Kuga, el Hyundai Tucson, el Honda CR-V, el Toyota Rav4 o el Volkswagen Tiguan, por citar solo unos pocos.
BYD ofrece dos versiones del Seal U, ambas con tracción delantera y un motor de 218 CV, que se diferencian por el equipamiento y la batería. Las versiones Comfort se asocian a una batería de 71,8 kWh de capacidad, lo que proporciona una autonomía WLTP de hasta 420 km. En el caso del acabado Design la batería es de 87 kWh, lo que eleva la autonomía a 500 km. De serie admite carga con corriente alterna de hasta 11 kW de potencia, y con corriente continua la potencia máxima de carga es de hasta 115 kW para la versión Comfort, y de hasta 140 kW para el Design. En cualquier caso, suficiente para pasar del 30 al 80% de capacidad en aproximadamente media hora. Como podemos ver, el Seal U no escatima ni en la capacidad de la batería embarcada ni en compatibilidad con carga rápida, configurando un coche que, en cualquiera de sus dos versiones, permite plantearse viajes de largo recorrido. Por cierto, para compensar en parte el aumento de peso de la mayor batería, el motor de la versión Design rinde 20 Nm más de par, alcanzando los 330 Nm.
Además de la batería, la versión Design suma al completo equipamiento del Comfort elementos como la instrumentación head-up display proyectada en el parabrisas, un equipo de sonido Infinity con 10 altavoces, cargador inalámbrico para dos teléfonos móviles y una pantalla para el sistema multimeda más grande, de 15,6 pulgadas en vez de las 12,8 pulgadas del acabado Comfort. Pero ojo, que la versión de acceso tampoco va mal servida, incluyendo de serie elementos como la cámara panorámica, el techo solar, asientos de cuero eléctricos ventilados y calefactables, la bomba de calor o la carga bidireccional.
Ya te adelanto que, comparando las dos versiones, por los 3.500 euros de diferencia merece la pena el esfuerzo del acabado superior, teniendo en cuenta el equipamiento extra y la batería de mayor capacidad. En cuanto a los precios, son 42.290 euros para el Seal U Comfort, y 45.790 para el Design. Pero ojo, porque con los 2.000 euros de descuento por financiar la compra, los 1.210 de aportación que hace BYD al Moves y los 7.000 euros de ayuda del Moves a los que puedes acogerte en el mejor de los casos -4.000 euros si no entregas coche para achatarrar-, tienes un BYD Seal U Comfort desde 32.080 euros, y desde 35.580 euros con acabado Design. No hay otro SUV eléctrico que de tanto por tan poco… y muchos que no son eléctricos tampoco.
2.- Amplitud interior y capacidad de maletero: un SUV muy familiar
No voy a detenerme mucho en el diseño interior o la calidad de acabado. Solo te diré que, si tienes prejuicios por el hecho de tratarse de una marca china, los olvides por completo: el Seal U, como todos los BYD, aguanta cualquier comparación que hagas en cuanto a ajustes, materiales o tacto de los mandos con coches equivalentes por precio de cualquier marca europea o japonesa… e incluso con coches más caros.
Transmite una sensación muy buena, y no se queda atrás en conectividad, con la gran pantalla panorámica giratoria que tanto suele gustar a todo el que la ve y «juguetea» con ella. La verdad es el sistema funciona muy bien, y no da problemas para conectar de forma inalámbrica el dispositivo móvil, al menos con Apple CarPlay, que es como lo he utilizado. Me gustaría que hubiera botones físicos, por ejemplo, para manejar la climatización sin tener que recurrir al control por voz o a toquetear en la pantalla, pero cada vez me parece una lucha más perdida.
Donde el Seal U sobresale es espacio interior, con unas plazas traseras fantásticas para viajar. No solo es de los SUV de su clase que ofrece más espacio para las piernas, sino que también destaca por anchura y altura disponibles, y el piso no está muy elevado, algo que en otros coches eléctricos obliga a llevar las rodillas muy elevadas respecto a la cadera. La banqueta no puede regularse en distancia, pero con el espacio disponible tampoco hace falta. Sí ofrece regulación en inclinación del respaldo, lo que siempre es un «plus» a la hora de afrontar viajes largos de forma más cómoda.
El maletero no desentona, superando los 550 litros de capacidad, una cifra muy buena en comparación con otros SUV de propulsión eléctrica. Los cables de carga pueden guardarse bajo el piso si se coloca en la segunda de las dos alturas disponibles, pues el Seal U no ofrece hueco adicional bajo el capó delantero. El portón es eléctrico en las dos versiones.
3.- Confort de marcha: ideal para el día a día… o para viajar
Y llegamos a la tercera de las características que hacen del BYD Seal U una compra muy recomendable: la facilidad de conducción y el confort que ofrece para afrontar kilómetros sin esfuerzo. Para ello, el Seal U no solo tiene unas suspensiones con una amortiguación muy suave, sino que el habitáculo también está bien insonorizado.
Con las cifras de homologación en la mano, la versión Design con la batería de mayor capacidad es algo más lenta debido al mayor peso de la batería -9,6 segundos para pasar de 0 a 100 km/h frente a los 9,3 segundos del Comfort-, pero al volante no solo no se nota, sino que da la sensación de que el Seal U va más sobrado de lo que dicen las prestaciones oficiales. En otras palabras: aunque veas otros coches eléctricos más pequeños con mucha más potencia, difícilmente echarás en falta más empuje conduciendo el Seal U incluso aunque te muevas con pasajeros y equipaje. Y todo en un ambiente de máxima suavidad, que se traslada incluso al tacto de la dirección. Particularmente me gustaría que tuviera algo menos de asistencia, sobre todo a la hora de circular por autopista. Pero en absoluto empaña el resultado final.
Si tienes claro que el Seal U no es un coche pensado para disfrutar conduciendo en carreteras de curvas, sino que está claramente enfocado al confort y a ofrecer relax a bordo, en absoluto te defraudará. Todo lo que tendrás que hacer es familiarizarte con los cuatro programas de conducción existentes -eco, normal, sport y snow- para elegir el que más se adapte a la situación en cada momento -por cierto, no hay mucha diferencia ni siquiera entre los extremos-, y «dejarte llevar». Porque por no haber, ni siquiera tienes levas para seleccionar entre los dos modos de retención del sistema de recuperación de energía. Esto solo es posible hacerlo a través del menú de la pantalla central o pulsando un botón en la consola que no está muy a mano como para ir alternando entre ellos, por lo que mejor hacerlo antes de iniciar la marcha y olvidarte.
En cuanto a la autonomía real, un factor clave a la hora de afrontar viajes con un coche eléctrico, me falta una prueba más a fondo para precisar algo más. Pero salvo que el trazado sea muy desfavorable, por el consumo que pude comprobar durante una toma de contacto principalmente por carretera y algo de autopista, todo apunta a que plantearse tiradas de unos 350 km entre paradas a recargar a la hora de viajar es totalmente factible, dejando incluso un amplio margen de seguridad, especialmente con la versión Design y su batería de mayor capacidad.