El mantenimiento del coche no solo tiene que ver con la mecánica. El mantenimiento de la carrocería también es importante, porque los efectos de la suciedad y el sol pueden hacer que esta se estropee y el coche pierda valor si el exterior se estropea. Por eso hay que limpiar de forma habitual la carrocería y prepararla para resistir las inclimencias del tiempo. Aunque parezca que los daños llegan poco a poco, la verdad es que a largo plazo se pueden producir daños bastante grandes en la carrocería.
Uno de los principales enemigos de la pintura de la carrocería es el autolavado. El uso de los cepillos que golpean la carrocería con fuerza no solo afectan a la integridad de esta, sino que también provocan daños en la pintura. Normalmente, el material que se utiliza para la fabricación de estos cepillos es bastante suave para no dañar la carrocería, pero su uso continuado no es nada bueno para ella.
Con el uso habitual de esta forma de autolavado, la pintura pierde brillo, se hace mate e incluso pueden aparecer pequeñas marcas sobre la pintura. Los microarañazos pueden aparecer y provocar que la pintura vaya degradándose poco a poco por efecto del sol. Esto no quiere decir que tengamos que olvidarnos del todo de este sistema, pero siempre es mejor hacer la limpieza del exterior a mano.
Las lanzas de autolavado son otra de las opciones. Pero hay que recordar que este tipo de dispositivos utilizan agua a presión. Esto también puede provocar daños en la pintura, sobre todo si el coche está pintado desde hace poco tiempo. Es aconsejable utilizar la lanza de agua a presión a una distancia en la que no cause problemas en la pintura. Por supuesto, esto es por regla general y se puede utilizar la presión para eliminar la suciedad más pegada.
Los faros también pueden sufrir daños por la presión del agua. La principal causa de problemas es que pierdan el barniz que recubre su superficie. En la actualidad se suelen fabricar con plásticos, que son menos resistentes que el cristal que se utilizaba antes. Para el secado del coche, lo mejor es utilizar un paño de microfibras, que permite retirar la humedad y la suciedad superficial sin dañar la pintura.
Otra de las cosas que hay que tener en cuenta es que en muchos puntos de España no se puede lavar el coche en casa, a causa de las restricciones a las que obliga la sequía. Así que es mejor descartar este método, ya que puede conllevar multas y otras desagradables sorpresas.
Y sobre todo, hay que intentar dejar el coche el menor tiempo posible al sol. Si el coche suele guardarse en un aparcamiento, protegido del sol y de otras inclemencias, como el granizo, el exterior del coche estará protegido y se evitarán futuros problemas.