La situación de Jaguar es cuanto menos surrealista. La casa de Coventry está viviendo una profunda crisis de la que parece no encontrar el camino para salir. Como todos bien sabéis se trata de una firma premium que pese a todo su trabajo siempre ha estado considerada en posición inferior a sus rivales bávaras. Todo a pesar de que sus modelos siempre han estado, prácticamente, a la par que ellos en cuanto a calidad, nivel tecnológico o mecánicas…
Sea como fuere la última década ha sido muy complicada para la casa del felino. A los problemas de fiabilidad de sus motores Ingenium se ha sumado que la crisis del COVID-19 la ha golpeado más fuerte que a sus rivales. La caída de ventas ha provocado que perdiera mucho dinero y la incapacidad de sus responsables de reflotarla la han puesto a los pies de los caballos. Y ahora podría ser peor porque no se apean de sus planes de electrificación masiva. Atento…
Jaguar anuncia que presentará un prototipo eléctrico a finales de este año…
Si hacéis un poco de memoria recordaréis que os contamos cuáles eran los planes de Jaguar. En primer lugar se han cargado la práctica totalidad de su gama ya que, según ellos, no les reporta beneficios. Por lo que se ve su producción no solo no les da dinero sino que les hace perderlo ya que al no haber demanda sólo hay costes que llevar a la cuenta de resultados. El único modelo que se va a salvar es el F-Pace que como buen SUV se vende muy bien…
Hasta aquí todo «más o menos» bien aunque si somos francos tiene poca lógica. En segundo lugar debemos hablar de sus planes de electrificación masiva que, si van bien, arrancarán muy pronto. Según han indicado a finales de año los responsables