Los coches eléctricos son una realidad. Han llegado para quedarse y cada vez es más frecuente encontrar un modelo eléctrico en la carretera. Los vehículos de este tipo han pasado de ser coches pensados para moverse en pequeños trayectos a coches capaces de moverse por todas las carreteras y afrontar viajes largos, como los que se realizan en vacaciones.
Viajar en un coche eléctrico ofrece mucha ventajas. Basta con tener la batería cargada y dejarse llevar por la faciidad de conducción y la eficiencia del motor. Para cargar, se puede optar por un cargador público, pero también se puede contar con el trabajo de profesionales de Cargacar, que instalan esta infraestructura en la propia vivienda del usuario.
Entre ellas, experimentar una comodidad extra, ya que el motor no produce ruido y se puede estar mucho más tranquilo en los asientos. No hay molestias por ruido ni vibraciones y esto hace que los viajes largos sean mucho más confortables. Para la persona que lleva el volante, la conducción ofrece una sensación diferente y gracias a su respuesta inmediata, se obtiene todo el par motor al menor toque. Una experiencia distinta a la que da un motor de combustión que permite disfrutar más del viaje.
Por supuesto, moverse con un coche eléctrico también permite circular sin emitir gases contaminantes. No hay contaminación durante el viaje y se puede acceder incluso a los centros de las ciudades. Muchas ciudades tiene zonas de circulación restringida para luchar contra la contaminación, así que no es posible entrar en estas zonas con vehículos contaminantes. Obviamente, hay distintos tipos de vehículos con emisiones y algunos pueden acceder de manera limitada, pero con un coche eléctrico se puede evitar cualquier problema de este tipo y acceder a cualquier zona de la ciudad.
En la actualidad, la autonomía de un coche eléctrico pensado para circular por carretera supera los 300 kilómetros, incluso los más pequeños y con una batería de menor capacidad. Para realizar un viaje largo, simplemente hay que calcular la distancia a recorrer y establecer una ruta en la que existan cargadores para poder recuperar la autonomía total y seguir con el viaje.
Una buena opción es elegir los cargadores instalados en restaurantes y zonas de descanso, para combinar las paradas que permiten recuperarse del cansancio y comer con las cargas. De esta manera, el tiempo de carga se puede utilizar para disfrutar de una buena comida y un paseo para estirar las piernas.
Hay una red cada vez más amplia de cargadores públicos, de varias empresas suministradoras. Todas confían en instaladores de cargadores para coches electricos solventes y con una gran experiencia. También se puede contar con un cargador en el domicilio, donde cargar el coche eléctrico puede resultar mucho más económico y ofrecer ventajas adicionales.
La consulta a un instalador de cargadores para coches eléctricos puede resolver cualquier duda que se tenga al respecto. La potencia que puede tener, el tiempo de carga necesario para tener la batería totalmente cargada, el coste medio de las cargas y sobre todo, cuánto cuesta la instalación de cada tipo de cargador.
Viajar con un coche eléctrico ya no es un riesgo, ni supone quedarse sin energía a mitad camino. Basta con planificar bien la ruta y ser consciente de las capacidades del vehículo para tener un viaje agradable y sin incidentes.